Yuriy Serebriansky

Péndulo y otros poemas

 

 

 

(Selección y traducción al español de Khédija Gadhoum)

 

 

 

 

Péndulo

 

No es difícil

cortar la piel

intervenir en un quirófano ha de ser una destreza de ebrio

muy bien, cariño, sígueme

de vuelta a la alcoba

donde tumbados en la cama

contemplamos nuestro árbol…

si tuviera un anillo de bodas

dejarían que ahogara

mis dedos ahora

tan finos que le harían daño

al redoble interior de aquel músico moreno

dejarían que cortaran en dos partes la tarta

hermosa felicidad desmedida

igual a un dúo de ukeleles

 

 

***

 

 

Después de Lilichka

 

Todo esfuerzo por acariciar la soledad ha fracasado.

Tanto de este lado como del otro,

ha fracasado.

Mas abandonado en la estepa un árbol solitario

me llama la atención.

Al acercarme, veo

en el hueco del árbol un pájaro

cantando como una flauta,

calentando sus entrañas.

Estoy dispuesto a tragar

mi deseo, beber

sangre caliente, sentir

el hermoso latido del corazón del pájaro

que desvanece al retirarme.

 

 

* * *

 

 

a través del cristal que envuelve

estas tacitas ¡ay, tan encantadoras!

predica la advertencia de “no tocar”.

Mejor dicho, no tocarlas, de veras,

así piensa el guía, haciendo memoria

de cómo una vez

rozaron los labios de aquella

princesita,

quien antes de convertirse en reina

encantadora

hizo estragos en su propia nación.

 

 

* * *

 

 

Al bajar de la planta cuatrocientos tres,

no pises los pétalos de flores de loto,

esparcidos y acogedores en las escaleras

por la chica vestida de uniforme extraño.

Es un alma pura en tu puerta.

Por lo general está bien

que tengas miedo de aquello que no entiendas.

¡Qué tengas mucho miedo!

 

 

* * *

 

 

Una cierta cantidad de viviendas en una ciudad es siempre demasiado

para llegar a la entrada — tierra mojada y un taxista que no conoce el camino

nadie pega saltos desde los tejados ni por las ventanas

hojas de publicidad que rematan los celulares más baratos

robados de sus víctimas

contenedores de basura vacíos

un nombre y un apodo tendrá el barrio inmediatamente después

las viviendas sacudirán un día la tierra desecada

y tendrán un día la ciudad

de adorno para el árbol de Navidad

 

 

* * *

 

 

Las diez menos cuarto

la misma Navidad de los incrédulos

que celebran detrás de las puertas de los baños

¿Me llevarás en tu avión?

Teniendo en cuenta la importancia que tiene un avión.

Eso es todo. Te quiero.

Aquí están los Reyes Magos llamando

con regalos hechos a mano

 

 

* * *

 

 

Te llevaré al piso de un desconocido

te desnudarás en un sillón que enrede tus piernas

en tu vestido de lana verde y gris

el smartphone abrirá y cerrará sus ojos

como siempre, de la nada, habrá agua caliente para el té

tazas de extraños, cucharitas de extraños, servilletas de extraños

y luego aquí todo se vuelve nuestro

al atardecer caminamos por la ciudad que amamos

atendiendo a tu acuerdo — doscientos pasos con los ojos cerrados

ninguno de los dos tropezará si llega a caer

 

 

* * *

 

 

Nunca he llevado en mis manos el río Moskva,

dime al menos si está caliente el agua,

desde abril hasta octubre,

tráeme una camisa de batista de

perejil, salvia, romero y tomillo

los sonidos vibrantes de los remos,

que relucen, y de hecho, relucían

cuando allí vivían los ricos necios,

y en el río se lavaba mi ropa,

en descenso sangraba mi nariz

manchando el río

es sorprendente que los peces de colores pálidos

dijeran que eran suyos

 

Yuriy Serebriansky Es escritor, traductor literario e investigador cultural de Kazajistán, de origen polaco. Sus obras de prosa y de poesía incluyen, Par ... LEER MÁS DEL AUTOR