Ráfaga de pensamiento
Ráfaga de pensamiento
Aquí, en esta ciudad,
parece que dios hubiese parido todas las costillas.
Aquí vienen los autos siempre
de llenos tras llenos.
Una cigarra se hace ceniza
y antes de ello, se hace cien cigarros de su leña.
Antes de irse, todo hijo pródigo regresa.
Antes que el pan leude
ya crece la harina de los hombres,
ya se hacen levadura las mujeres.
Ya había crecido el cisne del patito feo.
Ya estaba todo hecho
antes que llegues tú,
para pensarme.
Preguntas vallejianas
Dónde irán a parar las horas largas
los tiempos cocinados con derrota
el puerto quebrantado de los días.
Dónde irán a hacerse espejo las lagunas;
los cromosomas, sombras; las cacerolas, hambre.
Dónde se hará la cáscara del día
la mácula de insomnio
la araña que me habita.
Dónde irá a nacer el pelo largo, el rostro expuesto,
la arista disecada de algún triángulo
el centeno del pan de la última cena
el 20 que no tiene un 21 que le gane.
Dónde estará sin horma mi zapato
sin cara mi juguete, sin uña la gran bestia.
Dónde hallará dolor mi poesía,
color, el homenaje de alguna monja muerta
de alguna flor sin niño que la arranque
sin verde que le hereden
sin ojos que se queden cíclopes y tuertos.
Dónde irán a vivir los elefantes después de muertos.
Dónde iré feliz por esa calle a buscar de cenar
solo o contigo
o solo contigo.
Los restos
Tal vez, si acaso, quedara de ti, entre la ropa de mis recuerdos,
alguna sonrisa expuesta al finalizar la noche,
cansada de cantar en coro con las agujas negras
y los átomos dispersos que hacen lo oscuro
en medio de la luz tornasolada,
te la devuelvo. No la quiero.
Quedará también de ti, estoy seguro,
como si fuera un tatuaje brillante de la aurora,
algún suspirante cataclismo de tu voz
en el que decías apenas nada más que algo
que salía como una luna pálida
en el momento en el que algún desierto
sudaba las aguas de sus nubes utópicas,
te la devuelto. Ya no hace falta.
De ti quedará, también,
dalo por hecho, los volúmenes agónicos de las miradas
que dabas cada vez que sometías tus propios conceptos
a los juicios libres del señor albedrío
y esos dolores ya sin ánimo y esas anchuras
que se van haciendo en medio del mudo asunto
de la lengua sin canario.
Te la mando a entregar
en un currier de pegasos postmodernos.
Y de ti: quedo también yo,
completo, aun pensándote y a medio hacer la vida,
como la torta a la que se le fue el calor entre los bordes.
No sé si entregarme a domicilio
o mejor
llamar a la funeraria
y pasarte la factura en plazos fijos.
Poema en cama
Ay soledad seca
soledad estatuaria
dulce pasado
/soledad/.
Soledad de clavo
alfombra de vidrio la soledad.
Soledad dislocada
jugo espeso de alfalfa
/soledad/.
Soledad de cáñamo
golpe torcido la soledad.
Soledad con sombra
hamaca descolgada
/soledad/.
Soledad que enfurece al artista
nota sin clave la soledad.
Soledad que seca océanos
galope sin las patas del caballo
/soledad/.
Soledad que vive en pañal abandonado
pantalón ajado para fiesta
/soledad/.
Soledad, única mujer en la fiesta
cama sin alas. Almohada sin plumas
/soledad/.
Propuestas creacionistas para poetas del principio del milenio
Vamos a ver crecer los eucaliptos.
Vamos a triturar el maíz tieso.
Vamos a fabricar azúcar negra.
Vamos a incendiar los cementerios.
Vamos a inflamar el agua escasa.
Vamos a suplantar al enemigo.
Vamos a reaccionar ante las balas.
Vamos a procrear hijos del polen.
Vamos a masticar estos rastrojos.
Vamos a modular canciones falsas.
Vamos a escudriñar por los sartenes.
Vamos a cocinar lluvias y nidos.
Vamos a ver qué dicen los profetas.
Vamos a ver callar los lagos hondos.
Vamos a calcinarnos en las nieves.
Vamos a denunciar a los pantanos.
Vamos, que ya no hay tiempo para nada.
Que ya viene el temblor y tengo frío.
-Poemas del libro Compañías Limitadas publicado por El Ángel Editor, Quito, 2020.