Nació en Reading, Pensilvania, el 2 de octubre de 1879. Su circunstancia personal no es interesante. En una carta de respuesta a un editor que le pedía ese tipo de precisiones expresó: “Evíteme, por favor, contar los datos biográficos. Soy abogado y vivo en Hartford. Estos hechos no son divertidos ni reveladores.” En 1903 se recibió de abogado, se especializó en seguros y trabajó en eso hasta su muerte, ocurrida en Hartford, Connecticut, el 2 de agosto de 1955. La poesía fue para él un asunto estrictamente privado.
Stevens florece en la primera mitad del siglo XX, en el contexto de la más alta producción literaria norteamericana. Contemporáneo de Eliot, de Ezra Pound, de William Carlos Williams y los imagistas, su voz recoge, sintetiza y en cierto modo supera, un conjunto de influencias que van desde los simbolistas franceses, la épica adánica de Walt Whitman, la lírica de Emily Dickinson y el idealismo metafísico que, junto con el concepto clave de Imaginación, recibió de su maestro en Harvard George Santayana.
Wallace Stevens, tal vez el más grande poeta del siglo XX, (tal vez uno de los dos más grandes poetas del siglo XX junto con Eliot) publicó en vida un puñado de libros de poemas: Harmonium (1923), Ideas of Order (1936), Owl’s Clover (1936), The Man with the Blue Guitar (1937), Parts of a World (1942), Transport to Summer (1947), The Auroras of Autumn (1950), The Collected Poems of Wallace Stevens (1954). En forma póstuma aparecieron: Opus Posthumous (1957), The Palm at the End of the Mind (1972), Collected Poetry and Prose (1997), Selected Poems (2009). Es autor, asimismo, de un libro de ensayos: The Necessary Angel (1951).