Valerio Magrelli

El comisario Magrelli

 

 

(Traducción al español de Ernesto Hernández Busto)

 

 

X

 

Cada día una estafa,

un robo, un homicidio.

¡Cómo es posible que no exista otra cosa!

¿Acaso no se van nunca al estadio,

por ejemplo?

Quizás es esta la verdad;

quizás es esta la verdadera naturaleza humana.

Quizás por eso gusta tanto el policíaco.

De ahí que desconfíe, el comisario,

ininterrumpidamente.

Aquí no hacemos más que desconfiar.

Tenía razón el poeta:

ilegibilidad del mundo.

Todo es doble.

 

 

 

XIII

 

Lo más aburrido

de algunos tiroteos vistos en el cine

es el revólver que el malo babea

en vez de decidirse a disparar.

Te ruego, elimíname

sin decirme por qué.

Te creo, te entiendo, pero apunta al corazón: todo

con tal de ahorrarme otra explicación.

 

 

 

XXII

 

Así los 30 años se convierten en 10.

Las cuchilladas, en cambio, no son negociables,

siguen siendo las mismas.

Cosa extraña: al descuento de la pena

no corresponde nunca aquel del crimen.

El castigo, en resumen, puede disminuir,

pero el delito no, se queda igual.

Si la víctima paga siempre todo,

al culpable, bah, se lo complace,

ya sabes. ¿Somos o no somos el paraíso

del arrepentimiento?

Lo inauguraron los padres jesuitas,

explicó Pascal, para fidelizar a los clientes

(o clientizar a los fieles) con ofertas especiales,

dirigidas a aumentar el número

de abonados.

 

 

 

XXXI

 

¿Piratas de las calles?

Otra cosa que le repugna.

¿Así que hieres y te das a la fuga?

¿Golpeas y te escapas?

Tal vez solo el exilio baste,

exiliarlos de todo el consorcio civil.

No te puedes quedar entre los hombres si no muestras

piedad.

A menos que te sometas a un invasivo

transplante de neuronas espejo

que te transforme en una criatura

sensibilísima, con supersensaciones,

una verdadera fragua de empatía,

abierta a todo tipo de emociones.

Hermoso, sin embargo, imaginar la paridad en donde

en vez de ser «condenado a muerte»,

el criminal sea «condenado al amor».

 

 

 

XXII

 

Y está también el ácido.

¿Qué se puede decir?

El que llega a borrar un rostro humano

debiera ser borrado de lo Humano,

apartado.

Sin la menor violencia, último don

que ofrecen los humanos a quien no lo es.

Lo irremediable exige simetría.

En una celda aireada, buena comida y baño,

pero escindido, se-pa-ra-do.

Tener un rostro implica obligaciones.

Desfigurar el rostro significa firmar

una eterna renuncia a la comunidad.

 

 

 

 

-Valerio Magrelli
El comisario Magrelli
Traducción de Ernesto Hernández Busto
Colección Visor de Poesía
España, 2021

 

CUB. LA CANCIO?N DEL AOUTSIDER

Valerio Magrelli (Roma, 1957). Es uno de los principales poetas italianos contemporáneos. Enseña Literatura Francesa en la Universidad de Cassino y colabor ... LEER MÁS DEL AUTOR