El origen, la danza de la carnada
En la India en el año 400 A.C. sólo las personas de las castas más altas
podían bailar a las deidades dentro de los templos.
¿Fuego? ¿brisa?
¿Quién bailó primero en una chispa de sudor que emancipa los sentidos?
DEL AGUA
El agua reúne a todas las danzas del mundo,
emerge del mar
aprende a caminar como anfibio,
sin más ritmo que el rocío de la espuma
que viaja por su espalda.
In crescendo,
una llovizna arrecia en tormenta
dibuja un mambo número caos.
Nace un compás híbrido que brinca,
ya es rana
y tras brincar, croa
vuela,
croa la primera danza.
LOS CUATRO BRAZOS DE SHIVA NATARAJA
despiertan en rehilete,
entre incienso,
con la brisa que esparce un mándala de arena.
Varón y hembra la tiñen
con especias de anís y cardamomo
y se hincan para agradar al dios de la danza.
Una luz se traza en la arena de colores
como destilación de luna durante el eclipse
que averiguaremos en lo centrífugo de su mirar
en el incendio del cosmos con su tercer ojo;
pinceladas de cuatro brazos que navegan el aire
y diseñan la creación.
La danza brota, destruye,
regenera, renace, fecunda a Shakti,
se manifiesta el baile del mundo.
EL ORIGEN, LA DANZA DE LA CARNADA
Científicos hallan en cueva eslovena huevos de olms,
que parecen de salamandras, pero son huevos de dinosaurios.
Postojna, Eslovenia.
Volvamos al aullido,
a mujeres neandertales que atraen al mamut
y al rinoceronte lanudo
mientras sus hombres se esconden, mugen, cazan.
La danza de la carnada con flechas y prehistoria
y aroma de flauta de fémur, de estirpe salvaje.
Gemidos entre estalactitas de cueva y roca.
Danza, protesta de voz encapsulada,
es hambre es sueño es ganas,
tuétano, vértebra de sangre.
Pronuncian onomatopeyas,
voz médula,
lenguaje entre colmillos.
IXCHEL, BORDA DILUVIOS
Para tejer el arcoíris
Ix-Chel baila el cántaro de agua
tras el beso del sol,
al último sorbo de mar
mientras vigila la preñez de las mujeres.
Ix-Chel se reinventa,
muda su piel de víbora
y renace cada primavera con la lluvia.
Preserva árboles y lunas,
salta conejo entre la hierba,
mide distancias entre siembra y cosecha,
borda diluvios con las agujas de hueso de su falda.
DANZA DE LOS ABANICOS EN COREA
Pétalos de plumajes…
pensé que eran alas,
pensé que eran obleas,
que obedecían a la dulzura del viento,
con los matices de las ninfas.
Pensé que sus brazos de bailarinas
su cabello recogido,
sus vestidos impregnados del eco de jilgueros,
imitaban a las flores y su rezo.
Suaviza el ulular de la flauta desvaneciéndose.
Sospeché que en el pregón
de cada pétalo alado
se inyectaba un color al cáliz y a los sépalos.
El inminente baile de nodrizas
coreografiaba la música de la emperatriz de terciopelo.
DANZA TIJERA [Atipanacuy, Ayacucho]
Bebes agua en quechua, amas en quechua, renaces del amanecer en
quechua, se te aparece en sueños la primavera, luego bailas la danza de las
tijeras. Si te empeñas, si puedes con el filo del crepúsculo, si el tintineo de tus
tijeras se impregnó de la tonalidad del agua de manantial en la ceremonia del
permiso.
Cada cuerda del arpa y el violín rechina en el duelo, te enfrentas, recortas, con
cada parte del cuerpo, tiemblas, afilas y la verdad, la succionas de los ancestros.
Con risas de travesura, les prendes fuego en la olla de barro; con manojos de
ruda y coca, ya eres pájaro metálico de colores con penachos gruesos de
media luna. Los dansaqs, hijos de Wamani, el señor de las montañas, rezan,
juran, convocan las esencias de Ayacucho, Huancavelica, Apurimac, Arequipa
logran las proezas del cuerpo del carácter cortante. Son los héroes de resistencia,
acróbatas inmunes, danzantes tijera.
EX DIVA
Mientras bailo no puedo juzgar.
No puedo odiar, no puedo separarme de la vida.
HANS BOS
La ex-diva dejó su abrigo de piel en la tercera fila,
quiso saciar su sed con champán.
Fue al bar, con aire de realeza
y su pasado puesto,
buscó que alguien la reconociera
donde no le ceden el paso, ni la sonrisa.
Ha visto la mitad de las danzas del mundo en escena
y le han parecido mediocres,
busca una entrevista,
trae su grito pues nadie llenó el teatro como ella.
Regresa a su asiento,
toma el programa, tiene frío,
se pone el abrigo de chinchilla
y sus lentes de sol.
Se sienta
en su noche.