Sayed Gouda

Al final de la noche

 

 

Traducidos al español por Jorge Palma
Editados por Khédija Gadhoum

 

 

Algo

Aquí hay algo
Poco iluminado
Que me llama
Encantado, voy a su encuentro
Con pasos pesados
Ojos vidriosos
Multitudes en torno a mí
Y nadie logra llenar mi vaso
Hastiado de dar vueltas
Sin casas a la vista, sin piedras
¿Dónde están las prendas de peregrinaje?
¿Me he puesto de veras las prendas de peregrinaje?
¿O, se me ha olvidado?
Como se me ha olvidado recitar una oración hoy
Una oración de quienes ignoran su ignorancia
Una oración de quienes no saben de su saber
Y nunca van a saber que
El tifón, sin duda, va a llegar a la ciudad
Para arrancar los árboles
Romperle el corazón a mi ventana
Y romperme a mí
Me he acostumbrado a mis derrotas
Porque me he acostumbrado a la vida
Ella se ha acostumbrado a mí
Igual que nuestros ojos se acostumbran a la oscuridad
Cuando de repente se cortan los rayos de luz
Me he acostumbrado a la vida
En dos días se irá el tifón
Me levantaré, recogeré los vidrios rotos de mi ventana
Saldré a la ciudad a comprar pan
Leche, algunas frutas, y una hoja de vidrio
Y en los ojos humanos buscaré algo
Poco iluminado
Que me llame
Encantado, iré a su encuentro

(02/09/2008)

 

 

 

La Noche

La noche llega a mí
Delicada
Como pájaros agotados al atardecer
Me despierta de mi sueño profundo
Me levanto … amante
Que une fantasmas en sus ansias
Los percibo a mi alrededor
Como yo, susurrando amor
Casi puedo verlos

Sentados junto a mí
Como un ensueño fugaz pasando a mi lado
¡Qué alegres son!
Como yo, aman la noche
Y anhelan la soledad
Igual a la mía.
Tal vez, como yo, estén
Enamorados y desconcertados
Soñando con lo distante
Deseando una vid soñolienta
En el abrazo de un balcón
En el lejano norte
Una vid en espera
Una brisa del sur
Preñada de rocío
Pasión y ansia del nocturno espíritu
Y conmoción de la lluvia.
Tal vez ella, como yo, ame la noche
Y ahí le cante a la luna.

La noche llega a mí
Delicada
Como pájaros agotados al atardecer
Me despierta de mi sueño profundo
Me levanto.

(03/05/2008-06/05/2008)

 

 

 

Bajo la Cruz de Espartaco

Lo crucificaron de madrugada,
Antes de salir el sol
Entre las nubes revoloteaba su alma.
Lo abandonaron días y días,
Una moraleja
Para los subversivos.

Todos los días al mediodía
Camino al almuerzo
Lo vemos crucificado.
Pasó un año
Pero en derrame sigue su sangre.
Todos los días, una gota de sangre corre por la arena,
En el estrépito del silencio.

Todos los días al mediodía
Con una hogaza de pan
Andamos acelerados hacia nuestros grilletes
En el lagar de trabajo
En el monte de los esclavos
Levantamos la mirada hacia él
Hacia sus ojos ultrajados
Nos percatamos de que habíamos sobrevivido
Una penuria peliaguda
Nos percatamos de cómo nos mira desde lo alto
Sonriendo
Victoria en carcajadas
En el brillo de sus lágrimas
Como si
Nunca hubiera muerto
Ni lo hubieran crucificado
Como si
Estuviéramos nosotros en la cruz
Martirizados
Por nuestra docilidad
Y torturados
Por su…… ¡sonrisa!

(07/01/2008)

 

 

 

Polvo

Cuando el amanecer se dispone
A aposentarse en mi balcón
Me levanto para estrenar
La ventana de mi alma
Limpio el espejo de mi corazón
Y le quito el polvo
Destella la ilusión
se conmueve la noche
En el horizonte de mis ojos
Vaga todas las mañanas
Cuando vuelve
Vuelve el polvo
Extraño su rostro
Me mira fijo, desconcertado,
Preguntando
¡Quién soy yo!

Si a mi corazón resignado lo envuelve la muerte
Con los ojos cerrados,
¿Lo culparán
Si se duerme temprano
Y temprano se despierta?
¿A los corazones les incomodará el polvo de la carretera
Cuando hayan  elegido espinas para sus coronas?
¿¡Se pondrán espinas en cualquier cabeza
Excepto en la que se niegue a inclinarse?!
¿Se lamentarán las velas
Si las lágrimas le quitan la vida
A un enamorado y se la devuelven en la oscuridad?
Se lamenta el muerto
Del escaso alimento;
Del inmortal camino;
Y de un mar de oscuridad
En el que se extravió inmigrante
Durmiente en una ola
Que no le había devuelto el saludo
Y cuando se despertó
¡Ya estaba muerto!

Sí,
¡Mi corazón está muerto!
De repetidas puñaladas
Mueren los corazones
Para que el sentido de la vida
¡Vuelva a nacer de las letras de la muerte!

(29/11/2007-07/12/2007)

 

 
Siempre estabas ahí

Siempre estabas ahí
Escuchándome
Cuando susurraba
una oración en mi corazón
Y lloraba nostálgico en el silencio de la noche
Siempre estabas ahí
Con mis lágrimas
Regabas los campos de nostalgia en mi corazón
Y te ponías a llover piedad
En tiempos de sequía y sed.


Siempre estabas ahí
Yo me hundo
Tú me levantas
Yo me muero
Tú me resucitas
Yo me extravío
Tú me miras
Vislumbro tu luz, alguna orientación,
Siempre estabas ahí.

Y hoy es un día de oración
Y de cosecha
Hoy es un día para llorar
O cantar
¿Cómo pudiste abandonarme?
Mi diosa,
Si ésa fuera tu ira,
Entonces, ¡condenado estaría yo!

 

 

 

Al final de la noche

Tal vez el que vino corriendo
En la coda de la noche
Para llamar a nuestras puertas, humilde,
Mendigando un pedazo de pan;
Un trago de agua;
Y un chal de lana
Para protegerse de los mordiscos del frío
No era nada menos que un genio
Que llevaba en el bolsillo
El hechizo de nuestra cercana maldición.

Tal vez el que vino
Al final de la noche
Fue un vendaval
Que vino a advertirnos de las aves
Que nos iban a llevar

Lejos
A una tierra remota
En la que los presentes estarían ausentes
Y ausentes los ausentes
Y a su puerta llorando los desconcertados.

Tal vez el que vino
En la coda de la noche
No era nada menos que él,
Vino a reírse de mi orgullo
Vino a anunciar que pronto
Estaría solo vagando por las calles
Llamando a puertas desconocidas
Mendigando un pedazo de pan;
Un trago de agua;
Y un chal de lana
En una de las noches de invierno.

Tal vez el que vino a nosotros
-A pesar de disfrazarse –
¡Era yo!

 

 

 

Una vela apagada

Te busco en la ciudad
Para entregarles a tus ojos mis ofrendas de amor.
Pregunto por ti
Los transeúntes me orientan mal
Las luces de esta ciudad
Me roban el camino de los pies
Añoro la luz de tu rostro
Que una vez fue la luz
Que iluminaba las ciudades oscuras
En mi corazón
… …
Y ahora, me encuentro agotado
Y triste.

Entre mi corazón y tus ojos
Existen mil mujeres
Sigo un rayo de luz en el cielo
Y miro dentro de mí mismo
No veo nada más que agua y arcilla
Y un lápiz de humo
¡Que se alza de una vela apagada!

 

 

 

No te preocupes

No te preocupes
No te preocupes por ellos
Déjame a mí los pretendientes
Cuando el silencio se trague las lenguas charlatanas
Y en medio de la niebla desaparezca el barco
Llevando el griterío de los borrachos
La ciudad se despertará para ti
Para cantarles tu anhelo a las almas insomnes
Bajo la luz de la luna
Al pie de las colinas
Que no durmieron en toda la noche
Esperando escucharte
Las aves volarán de sus árboles
Y se posarán en tu balcón
Para cantar contigo
¡Y volverá a latir el corazón de nuestra ciudad!

(20/7/2005)

 

 

 

Penélope … un círculo de amor

Ella dijo que yo sería el único paria
Me perdería durante años el camino a casa
En vano le soplaría viento a mi velamen
E iría a por él
Ajeno a orillas del vacío
Él reuniría en mi bolso
Los vientos de todos los rincones
Y yo le soplaría viento a mi velamen
Lucharía contra las olas malévolas
Y navegaría en una ola de fuego
Para ofrecerle una cabra, nuestro rescate
Para volver con nuestras familias
Aguardando en la ardiente orilla de sus anhelos.

Todos los días sueño que vuelvo,
Estiro el arco que ha vencido el empeño de los hombres,
Reparo mi patio de los infamados,
Desemboco en sus labios
El anhelo de mis largas noches,
Y difundo en sus oídos
Algunas palabras santas.

Ella es Penélope
La alegría del alma en salvación
Cuando concluyen los círculos:
El círculo de amor
Cuando adorado se convierte
El círculo de eternidad
Cuando se apaga el rayo final
El círculo de muerte
Y el círculo de resurrección
Para ella, comienza el periplo del alma
Para ella, termina.

Ella es Penélope
Una Kaaba de orgullo cuando sesga el orgullo
Humilde, como una amante con su amado;
Un arroyo de leche y,
Ramas de luz y perfume
A cuya sombra arrullan los ruiseñores.

Ella es Penélope
Como si fuera el amparo de un profeta,
Una recompensa
Que se perdiera en su amor.
Todos los días sueño que vuelvo
A pesar de que el cielo me dicte,
¡Voy a ser el único paria!

 

 

 

Cada Año

Cada año
Cuando llega la primavera
Los caballos de tormento
Corren hacia mi pradera
Comen la hierba fresca y rociada
Se bañan en mi arroyo tan puro como el llanto
Beben su agua dulce hasta saciarse
Alegres la borronean y
A la carrera atraviesan mi prado
Para trasnochar cómodamente en mi granja

Cada año
Las aves de pena acuden a mis jardines, despiadadas
Me picotean el corazón, y felices me devoran la carne
Lentamente se posan para comer en el alféizar de mis ojos
Disfrutando del sol de la mañana
Extendiendo indolentemente sus alas
Luego se van volando, llevando mi corazón herido
Para consumarlo en su nido

Cada año
Se quiebran en mí los sueños
Cuando me siento a la sombra de un sauce
Mirándome la cara en el espejo del río
¡Qué triste se ve!

Cada año
Me veo una nueva arruga en la frente, bajo los ojos
Que me habla de una juventud perdida
he perdido mis sueños como estoy perdiendo mi cabello
Y los voy envolviendo en viejos recuerdos

Cada año
Cuando llevo pan y naranjas
Para visitar la tumba de mi padre, abatido
Intento hablar, pero me ahogan las lágrimas
Durante siete noches, estuvo sin habla
La última palabra que le había dicho a mi madre
Mirándola a los ojos, pero sin poder ver:
“¡Quédate conmigo!”
Y ella se quedó con él
Hasta que él se despertó del sueño de la vida
Cuando una pierna abrazó una pierna
Y allí estaba el ataúd, y allí lo enterraron

De todas partes, llegaron amigos y sollozos
Él era un espíritu que volaba en el funeral
Preguntando ¿Dónde está mi hijo en esta multitud?
¿Vendrá? ¿Cuándo?
Pero yo estaba en la tierra de los sueños
Recogiendo estrellas desde el corazón de las noches
Pescando perlas de las profundidades de los océanos
Y eran las mismas estrellas que me quemaron
Y los mismos océanos que me ahogaron
Cuando pensé que había llegado a orillas resguardadas

Cada año
En la tumba de mi padre
Leo el primer capítulo del Corán
Rezo por él, deseándole un holgado edén
Y me voy, volviendo a la multitud
¡Con el corazón herido!

Sayed Gouda Es poeta, novelista y traductor publicado.  Nació en el Cairo, Egipto y se mudó a Hong Kong en 1992 donde reside en la actualidad.  Curs ... LEER MÁS DEL AUTOR