Sin paracaídas viaja al centro de Altazor
por Marcelo Gatica
Rodrigo Lira (1949-1981) fue una especie de apocalíptico de la literatura o catalizador de ciertas estéticas rupturistas, un poeta bisagra consciente del giro de época. Lira fue lo suficientemente apocalíptico para dar cuenta de la ruina representacional en tiempos desolados de la dictadura chilena, (y/o latinoamericana), y desplazarse sin ataduras en plena desolación, es decir, pensar la pérdida tanto del metarrelato de Chile, país como la tradición chilena literaria como del big-bang globalizantes del mundo. Mostrando la inutilidad del oficio poético. Pero al mismo tiempo, a pesar de encontrarse en un asfixiante circuito universitario y un precario contexto editorial censado por la cultura autoritaria, persiguió por todos los medios estar integrado en el precario mundo literario de su época. Las coordenadas temáticas de su obra eran la propia poesía (se bautizó como metapoeta), las calamidades del oficio poético en un contexto asfixiante como una dictadura militar, (censura y autocensura). En este punto aparece “4 tres cientos sesenta y cincos y un 366 de onces”, texto escrito en clave, que con el tiempo se ha transformado en uno de los mejores escritos sobre el horror dictatorial sin caer en el panfleto. Asimismo, se movía como pez en el agua en la tradición lírica chilena. Como dijo Lihn, Lira extrema la veta escéptica de Huidobro, expresada a través de una crítica descarnada a los modelos poéticos de la tradición, en este caso al programa surrealista chileno, y los proyectos estéticos de Rokha y Rojas. En suma, si aplicamos una vertiente teológica a nuestro análisis, a través de la figura de Adán en la obra de Huidobro, que simboliza el génesis de un nuevo marco de referencia poética a partir del creaconismo, podríamos sostener que Lira es un anti-adán, un apocalíptico que de manera realista da cuenta de las ruinas de cualquier proyecto rupturista, incluidas sus propias inclinaciones estéticas. Lira fagocita de sus predecesores predilectos. En esta coordenada se manifiesta una lectura incómoda y desconsolada, pues el poeta marca en Ars Poétique, la devaluación de los programas estéticos a los cuales está adscrito y evidencia la paradoja de la línea más iconoclasta del canon nacional desde el creacionismo (Huidobro) pasando por la antipoesía (Parra) y la metapoesía (Lihn), tradición que está colgando en el museo como mercancía.
Ars Poétique
para la galería imaginaria
Que el verso sea como una ganzúa
Para entrar a robar de noche
Al diccionario a la luz
De una linterna
sorda como
Tapia
Muro de los Lamentos
Lamidos
Paredes de Oído!
cae un Rocket pasa un Mirage
los ventanales quedaron temblando
Estamos en el siglo de las neuras y las siglas
y las siglas
son los nervios, son los nervios
El vigor verdadero reside en el bolsillo
es la chequera
El músculo se vende en paquetes por Correos
la ambición
no descansa la poesía
está c
ol
g
an
do
en la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos en Artí
culos de lujo, de primera necesidad,
oh, poetas! No cantéis
a las rosas, oh, dejadlas madurar y hacedlas
mermelada de mosqueta en el poema
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El Autor pide al Lector diScurpas por la molestia (Su Propinaes Misuerdo)
4 TRES CIENTPOS SESENTA Y CINCO Y UN 366 DE ONCES
dada la continuidad de la ausencia de tibieza
considerando la permanencia de las carencias y
las ansiedades que se perpetran cotidianamente
y el frío sobre todo en especial o solo
o el frío completo en salchicha con mayonesa viscosa
seminal y estéril
la sábana sucia que cubre monstruosos ayuntamientos
la escasez de radiación solar
(lo poco que alcanza a llegar a través del monóxido de
carbono, el humo de chimeneas pastizales que se queman en febrero cigarrillos
chimeneas tubos de escape tubos chimeneas humo)
de la que tiene que atravesar además esa sucia sábana
que cubre a penas ─como mera sábana polucionada─
esas teratológicas cópulas, esos coitos de ahítos
esas violaciones y estupros
y las ondas
de radio en amplitud o frecuencia modulada
las largas y las cortas ondas
de radio de televisión o telex
las ondas que emiten las antenas emisoras
y las receptoras, que también reciben
esas ondas que la luz solar debe atravesar
lo inconcebiblemente banal y eficazmente hipnógeno
de lo que se radiofunde y televé
lo opaco de los cristales
“color humo por dentro
Espejo color bronce hacia el exterior”
los cristales que se dispersan los que refractan
los que cromatizan la luz la exiguo de la tasa de la luz que alcanza
a corresponder per cápita, por cabeza
lo gachas que se encuentran estas ultimas
(lo desigual de la tasa de luz de cabeza)
lo sucio de la sábana que lo cubre todo
o casi todo
o hartas cosas
(la sucia sábana no se cubre a sí misma)
considerando también los olores a añejo, a podrido a quemado o
infectado
parece que como que hubiera que hacer alguna cosa.
Aunque cabe la posibilidad de que sea mejor
no hacer nada
nada hacia la izquierda
nada
hacia
la
derecha
nada hacia adelante tampoco, más aun,
especialmente, nada hacia adelante ─está la inercia
nada hacia atrás, nos e puede,
trate usted de nadar hacia atrás, no se puede, la historia
no retrocede
─está la historia
─están las bayonetas de la historia bajo las banderas de la historia
─está la sangre en las bayonetas de la historia bajo las banderas de la historia
coagulada ya, reseca, más bien, como yesca
yesca de sangre sobre las bayonetas de la historia bajo las banderas de la
historia -de lo que queda atrás
(no fumar, peligro grave de incendios, demasiada yesca
─sangre seca─ atrás)
Nada tampoco ni hacia arriba ni hacia abajo ni hacia adentro ni hacia afuera
nada hacer, no hacer nada
─cruzarse de brazos─ sentarse en posición del loto ─tirarse boca arriba y
─mirar el cielo
(nada hacia arriba; no pensar en escalar el cielo)
─tirarse boca abajo, la mejilla pegada a1 suelo
o hundida en el barro
(no pensar en hundirse; no evitar hundirse)
Al menos cabe la posibilidad de que eso fuera lo que
parece que como que hubiera que hacer, la cosa aquella
alguna
cabe la posibilidad de que eso fuese: alejarse de la acción
con las manos en los bolsillos
o con las manos tomadas a la espalda
o con las manos enlazadas en la nuca
o levantadas mirando al suelo
a patadas con las piedras
aplastando descuidadamente
eventuales caracoles cuncunas, lombrices o cucarachas distraídos-as?
─jamás tomarán venganza─
Alejarse de la acción: irse despacio a ninguna parte
pues no hay dónde irse
pero hay que irse
─tal vez, digo yo, como que habría que irse ─a ninguna parte
─tal vez haya donde esconderse, no sé
en todo caso sería preciso
no salir a la calle:
los sujetos que en París rayaron las murallas de mayo
graficaron las palabras francesas que traducidas al idioma español dicen:
la/ acción/ está/ en/ la/ calle
y si hay que alejarse de la acción
sería inconsecuente tomar una micro
tomar el metro, una liebre, un bus urbano o interurbano,
tomar
bebidas alcohólicas o de cola o cafecitos
habría que morirse de hambre, pienso
secarse en una esquina poco frecuentada o en un sótano oscuro, digo yo
porque las torres Santa María podrán ser los edificios más altos de Chile
pero haga usted la prueba de subir
─tendrá que ir bien vestido─
tomar uno de esos ascensores que adivinan el pensamiento o poco menos
y que son tan veloces como altas son esas torres
y llegue lo más arriba que pueda, hasta la terraza, si es posible
actúe hacia arriba para después tirarse y no hacer nada
abastecido de libertad por lo libre de la ciada
que te hace abrir los brazos y planear, acercándote a tu reflejo
que se acerca hacia arriba desde los espejos de agua
con tu imagen multiplicada por los vidrios que por fuera son espejos
que reflejan tu imagen cayendo de modo que tú no alcanzas a ver adentro
pero que no les impide verte desde dentro pasar volando en caída libre
─y creerían que pasó un ángel y habrá un momento de silencio…─
No podrás: alguien sujetará a usted del brazo justo a tiempo
alguien o algo, algún robot, por ejemplo
y alguien ─o algo─ llamará a una ambulancia
a través de un citófono a un teléfono que llamará a una central que pasará
el mensaje a otro teléfono etcétera
todo a velocidad escasamente menor que la de la luz o la de tu cuerpo
en la frustrada caída
probablemente el radio del radiopatrullas no será necesario
habrá una sirena o tal vez no, habrá en todo caso un silencio eléctrico
de terapia de choque tac/
un vacío
y un hueco para ti en una terapia
de grupo
de un grupo cualquiera
y sean cuales fueren los cuentos que te cuenten, desgraciado
la cuenta que te pasen
saldrás del hospital clínica o centro médico
tarareando gracias a la vida
motivado por los avisos y consejos de la publicidad que nos ayuda a vivir mejor
desde la radio o el televisor
que tanto habrán contribuido a tu curación
rumbo al local más cercano
en que se pueda jugarle una cartilla a la
Polla Gol a cambio de un templo donde sacrificar un
gallo a Esculapio que ya no se usan esas cosas, pues hombre
para después entretenerse un rato mascando
chicle de un sabor predilecto
en la máquina de pinbol o de pingpong electrónico
O sea que en resumen habría que morirse sin alharaca
sin pánico cundiendo ni cúnico pandiendo ni púnico candi endo
suave, callado el loro
morirse
o quedarse en la vereda como un pedazo más grande que el promedio
de basura
saboreando algo así como un candi mascable o un goyak
y hasta incluso un caramelo bueno, de Serrano, o fino,
de Ambrosoli,
pero muriéndose,
muriéndose sin alharaca,
muriéndose.