Manuel de supervivencia: entre la plenitud y el abismo
Por Stefania Di Leo
Besarte como se besa un sueño
y dejar que tu belleza
haga estragos en mis manos.
Eso es la poesía,
quien la probó,
lo sabe.
(R. M. L.)
Con ese íncipit tan culto con gran referencia al vate Lope de Vega, empieza en viaje en el maravilloso Manual de Supervivencia de Ramón Martínez López, un poeta conterráneo y no sólo, del grande Federico García Lorca; su humus literario se extiende más allá de la existencia, y es una sobrevivencia a la vida , movida por el amor, la pasión por todo lo que nos rodea. El tiempo es otro gran protagonista del libro, junto al existir: los poemas breves pero densos, se convierten indudablemente en un precioso vademécum para el ser humano. Como buen poeta andaluz Ramon Martínez canta la soleá del hombre sin la amada: <<Y dejar de ser/para estar sin ti>>. El amor, hilo conductor de ese libro, tiene un objetivo, mejorar el papel de la expresión poética en la promoción del diálogo intercultural: promueve la paz, el encanto y la magia de las letras, nacen del sentimiento íntimo del escritor, evocan y sugieren impresiones, transmiten sensaciones, herencias lorquianas del paisaje y de sitios mágicos como Fuente Vaqueros.
ARENAS DONDE ESCRIBIR…
Hay playas recónditas
donde escribir tu nombre
y dedos sin tiempo
que añoran su reflejo.
El poeta Martínez López ofrece su poesía a los que la leen, a los que se encuentran, y reencuentran en sus versos << Delirante la rosa/que envuelve nuestro aliento/y la mano inconsciente/que arranca su fragancia>> Las palabras escritas parecen compuestas para todos nosotros, para enviarnos un mensaje de esperanza << Y pensar que hoy somos/un desierto sugerido. /Tal vez mañana el tiempo encuentre nuestro camino.>>
La poesía, la música del sentimiento íntimo, realmente puede sacudir nuestra existencia atrapada por la desesperación y el desconcierto, jugando un papel catártico e infundiendo confianza para una actitud mejor frente a la vida:<< Tu vida es un verso sin sentido, /una playa sin vistas a mi vida,/un laberinto de sueños escondidos,/un cuerpo sin piel sobre la acera./Sí. Tu vida es un verso sin sentido,/y no lo he escrito yo,/esa es mi pena.>>
SOLEDAD II
¿Qué es la soledad?
Preguntas mientras recorres mi sueño.
¿Y tú me lo preguntas?
La soledad es la sombra
del espacio sin tu cuerpo.
Después de todo, la poesía es un instrumento de elevación, es oración y el poeta tiene la capacidad de ir más allá, de entrar en su propio silencio, de interpretarlo y de percibir el sueño en ello. << Siempre quisiste saber/en qué mes se cumplen los sueños. /Quizá tu respuesta acabe/sobre el corazón del tiempo.>>, entonces los ecos de Calderón se convierten en sugerencia para que vivamos soñando.
Ramon Martínez López, captura con su sensibilidad, las ansiedades diarias y las convierte en el objeto de sus propios versos. ¿Qué poesía sería si excluyera el dolor, aquello que se apodera del mundo contemporáneo y que sacude toda alma sensible? Manual de Supervivencia es entonces un poemario lirico, romántico: en el prólogo el poeta Luis García Montero subraya: siguiendo una tradición becqueriana, este libro es al mismo tiempo una historia de amor y una meditación sobre la poesía.
Y de meditación sobre la poesía se trata: Ramon Martínez López es un reformador del mundo: se regocija y sufre más que nadie, contempla las pequeñas cosas que eluden al hombre común, todo inclinado hacia un bienestar material ilusorio, hay en él, alma de gran poeta, su corazón, y por lo tanto, sus pensamientos, sus reflexiones, sus sentimientos, sus aspiraciones, sus proyectos.
EL POETA
Mirar con ojos nuevos
la raíz de la esperanza.
Buscar la luz
que arde, como antorcha,
en la cocina.
Abrirse a la curiosidad.
Vivir en el asombro.
Ser un niño, sin más.
Amar la vida.
Hay muchas preguntas que el poeta se plantea sobre el tema existencial: << ¿Qué es la soledad?/Preguntas mientras recorres mi sueño./¿Y tú me lo preguntas?/La soledad es la sombra/del espacio sin tu cuerpo.>> No podrá responder a muchos interrogativos, pero el poeta cuestionándose a sí mismo, deteniéndose para considerar el milagro de la vida y el amor, el misterio de la muerte, el gran recurso del afecto y la solidaridad humana, nos entrega un regalo con su escritura poética. Cultivar significa crecer. Hacer poesía significa participar en una obra larga, infinita, siempre perfeccionable: <<El viento va cargado de intenciones/que buscan el sendero de tu vida./Quizás la luna refleje mis sueños/sobre ese mar herido de tu risa.>>
Esta investigación dirigida a lograr lo que es más grande y más bello, de lo que es más profundo y más alto, sigue siendo muy válida hoy, porque empuja al artista que tiene sed de infinito, hacia lo absoluto. Es importante, no olvidemos, que los versos surgen de la inspiración como facultad psíquica que pone en movimiento todas las facultades estéticas, que es una «poesía honesta» hablando con palabras del poeta Umberto Saba . No un virtuosismo formal en la ilusión de dejar un rastro de uno mismo, que sería un esfuerzo vano, sino una poesía que se basa en la raíz del ser, la canción del alma (Leopardi), una poesía intensa, límpida e inmediata, una palanca de progreso ligera e inigualable para el porvenir social y humano. Y en el dolor Ramon Martínez encuentra la Belleza:<< Nunca creí que habría//tanta belleza/en el dolor. >>, en las bellezas del dolor y en la felicidad que sólo se comprende cuando nos ponemos en peligro de naufragio.(Luis Gracia Montero).
VIDA
Que no venga la muerte.
Que no tenga ojos conocidos.
Que sólo vengas tú.
Que la piel que me cubre
te despierte.