Pedro Sánchez Sanz

La memoria inmóvil

 

 

 

 

 

GESTO Y SILENCIO

 

¿Somos el tiempo que nos queda? Sí,

somos quizás la vida que ganamos

en desigual carrera con el tiempo;

el latido insumiso,

la mirada penetrante que indaga

tras el velo viscoso de los actos,

la uña intrépida que rasca el óxido

que cubre la palabra maltratada.

Somos el gesto y el silencio

que afianzan el aire que nos arropa,

la mano que navega en libertad

las aguas en tumulto,

la caricia sin freno

a pesar de las riendas

de lo públicamente convenido.

Somos exploradores

inaugurando un mundo propio, hecho

de retazos de un yo desheredado.

 

 

 

 

MANUAL DE SUPERVIVENCIA

 

Escribir la palabra como quien

alza la brújula, esgrime el puñal

o busca abrigo.

Moldear esa duda, darle forma

y cuerpo y vida.

No dejarla en suspenso

como espada de Damocles, la tibia

amenaza que enturbia la vigilia.

Jugar con ella como quien bailara

con su enemigo, sin pedir respuestas,

tan sólo un poco de indulgencia.

Escribir trazando pequeños pasos

hacia un lugar habitado por manos

afables y rostros sin velo.

Caminar sobre el agua profunda del poema,

sobrevivir incluso a la ventisca

que borra todo nombre.

Abrir los ojos entre la maleza

de unos versos y oír

tus propios pasos alejándose.

 

 

 

 

MARCAS DE AGUA

 

Sé que mi cuerpo luce

algunas cicatrices, pequeñas,

imperceptibles para los demás,

fruto de cortes, descuidos, caídas

en edad temprana. Algunas

son cruces en un mapa,

otras más recientes son nombres, caras

que se resisten a desaparecer del todo

y han buscado refugio

en las manos y dentro de la boca.

Son marcas de agua de un papel en blanco

que se revelan sólo a quien levanta

la hoja a contraluz

y observa con interés de entomólogo.

Ofrezco mis cicatrices a los elegidos.

Beso las heridas de quien me abre

los párpados como se abre un cofre.

No para restañarlas,

tan sólo para que mis cicatrices

no sangren como huérfanas.

 

De Refugio en el vuelo (Chamán Ediciones, 2019)

 

 

 

PELEAS

 

Tienes ya trece años;

una brecha en la frente,

primera sangre,

como Caín y Abel

palpas el miedo,

intuyes el poder

de una piedra desnuda.

 

Hay un momento,

breve y confuso,

en que crees que puedes

cambiar el mundo.

 

El mundo parece un ente impasible.

 

Sólo podemos

escupirle a la cara,

con el desprecio

de la inocencia rota.

Sólo un momento,

breve y confuso.

 

El mundo es un dragón que duerme

sobre un lecho de aguas inciertas.

 

 

 

 

EN LAS NUBES

 

Adolescente fui en días idénticos a nubes. 
Luis Cernuda

 

Parecías flotar sobre las cosas,

ligeros los pies, el corazón roto

y recompuesto en cada estación,

a cada paso.

Transparente, el mundo

se ofrecía voraz ante tus miedos,

como primera caricia incendiaria.

 

Pisabas suelo y cielo

envuelto en una llama de pureza

que no se consumía.

Eran tus ojos rayos

que limaban las durezas del mundo.

 

Ignorabas que es siempre

más dura la caída.

 

 

 

 

LA MEMORIA INMÓVIL

 

En aquella película

los protagonistas languidecían

en su memoria inmóvil.

Se sentían enfermos los domingos,

las miradas perdidas

en las luces de un bosque imaginario.

Negras ausencias los acompañaban

en el tiempo como sombras errantes,

del corazón colgadas.

 

La memoria es todo lo que acontece

entre nuestras vísceras y la piel.

 

Entonces aprendí

a dejar todas las puertas abiertas

y exponer por la casa

las sábanas sudario

de los cadáveres impertinentes.

Y a encender el ventilador del pecho

para airear los recuerdos, la imagen

desenfocada de todo fracaso.

 

De Hilo negro (Editorial Juglar, 2022)

Pedro Sánchez Sanz (Sevilla, España, 1970). Licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Sevilla. Reside en Jerez de la Frontera, donde se dedica a ... LEER MÁS DEL AUTOR