El río inmóvil
DE: LA MIRADA DE ÍCARO
EGO
El escriba
Año 2000 d.n.E.
Un centenar de
satélites
artificiales espía
las intimidades
planetarias
en el cielo
de la noche.
Yo
medida de lo que es en tanto es
hombre/mujer
dual y uno
con el Universo
clonación de las primeras cadenas de aminoácidos
genocopia
heredero legítimo de la estructura del átomo
soporte del hálito cósmico, aullido del big bang
homínido, mamífero vertebrado, bípedo
inmortal desde el amor y la réplica del gen
todavía pregunto ¿qué soy, de dónde vengo?
O más bien: ¿quién eres tú? ¿Por qué preguntas?
¿Acaso no estás conforme con lo que eres?
¿Dejarás de ser lo que serás sin dejar de ser lo que no fuiste?
Interrogantes y respuestas
cuelgan como gritas del tímpano nocturno.
A ras del suelo vuela el qué con alas rotas. El cuándo
en cuyo pico ensangrentado el cómo pudo ser
derrama lágrimas de cocodrilo estelar.
Aúllan por doquier las metáforas del miedo,
las neuronas de Internet chocan las unas con las otras
en un ciber espacio repleto de agujeros y relojes.
Sordo, mudo, ciego, estúpido, iluso y magnánimo,
remosqueo las cenizas de Alejandría en mi cerebro.
En la punta de la lengua tengo todo lo que ignoro.
LA PALANCA PRIMIGENIA
Homo habilis
África
2.5 millones años
a.d.n.E.
A orillas del
lago Rodolfo,
al norte de Kenia,
erguido sobre sus pies
el homínido empuña
el pedernal sangrante
y escudriña
las entrañas
del jabalí
de las praderas.
¿Qué es primero, el fuego o la sensación de la quemada,
la rueda o su concepto, el huevo o la gallina?
¿Dónde se produce la primera síntesis de todo lo pensado?
¿Qué caminos anduvo el hombre antes de labrar el sílex
Convertirlo en herramienta, martillo genital, daga y sangre?
El gran salto supraorgánico del homo al homo sapiens sapiens
hombre y mujer, uno en dos,
empieza cuando la pinza primigenia, o mejor dicho
el primer sistema de palancas
-pulgar e índice de la mano del primate-
separa el estambre del pistilo
sin romper el corazón de la corola.
LAS HUELLAS DEL ENIGMA
Homo erectus
África, Asia,
500,000 años a.d.n. E.
En el sitio de
Choukoutin,
muy cerca de Pekín,
o en Vértoszöllös,
Hungría, o en Tierra
Amata, Francia, el
Homínido vertical,
Organizado en hordas,
cruza antílopes, bisontes,
elefantes y los calcina
alrededor de las fogatas.
El primer beso intelectual entre homínidos y Dios
trastoca proteínas chamuscadas de pez y megatherium
después de la erupción de los volcanes y el relámpago.
En las fracturas del tiempo y la bioquímica
las neuronas sintetizan la sustancia de los códigos
codifican las formas rituales de la magia
la música, los sonidos guturales
la danza simpatética que convoca espíritus malignos
los signos rupestres del venado en las cuevas de Altamira
la adivinación, las matemáticas
y la simplicidad gregaria de los simios.
LOS GUERREROS MITOLÓGICOS
Micenas
850 a.d.n.E.
Las historias de
Ulises, Aquiles,
Néstor y
Agamenón,
trascendidas en
el tiempo a través
de la palabra,
son recopiladas
y enriquecidas por
el más elocuente
fabulador
mediterráneo.
En un lugar de la Magna Grecia
-Éfeso, Elea, Samos o Mileto-
un anciano de barbas amarillas cuenta cuentos
y el niño que lo escucha –llámese Heráclito o Parménides-
duerme en su regazo.
El griego antiguo
-canción de cuna, cascada, rumiadero de metáforas-
perfecto en sus imprecisiones metafísicas
sustrae del mito os lenguajes de la ciencia.
Nada distingue el arriba del abajo, el antes del después.
Espacio y tiempo son análogos discursos metafóricos.
Así como los dioses del Olimpo
tienen cobertura antropomorfa
impunidad y fundamento erótico
(el adulterio olímpico procrea héroes mitológicos)
La angustia humana se resuelve en lecturas viceversas
en opuestos evidentes como lo que nace y lo que muere
como la luz que ciega y la sombra que perturba.
La relación causa y efecto
siempre
estuvo implícita en el mito.
EL MODELO PERDURABLE
El comercio
y el poder
800 a.d.n. E.
Los emigrantes
zarpan de las
ciudades-estados
y fundan colonias
en los territorios
costeros del mar
Mediterráneo: nace
la democracia esclavista
como paradoja del
desarrollo humano.
Mercantes colonialistas
derrotan a los dueños de la tierra, descabezan
literalmente a las gens aristocráticas, trasiegan granos
alfabetos y monedas desde las factorías del Mar Negro.
La timocracia anuncia en los confines de la Hélade
la vieja nueva: el hombre es un valor acumulado
intrínseca opción de destripar a sus congéneres
largura de lanza, azote y periplo de fortuna.
Desde entonces
la libertad se define como poder y privilegio
de quienes controlan los medios de producción,
el dogma
y los ejércitos.
Para algunos hombres singulares libre es el que sabe.
Sólo la verdad o su búsqueda infructuosa
satisface la voracidad intelectual de estos neuróticos.
LA HÉLADE
Amor
a la sabiduría
650 a.d.n. E.
Durante el período
arcaico nace la
filosofía orgánica,
sustento de la
civilización
occidental. El
universo se escruta
racionalmente.
La duda griega invoca el vuelo del flamenco.
El ojo sensible al devenir captura imágenes perpetuas
giros esféricos en los cuadrados triangulares
vida viva en los cadáveres después de las batallas:
moscas gusanos zopilotes
vandalizan
espectáculos mortuorios en el jardín de las Hespérides.
Las hogueras congelan su propio resplandor de odio
o más bien parecen musarañas arrojadas al vacío
puñales microscópicos en la piel podrida de los cuerpos.
Sin embargo la flor que se destruye permanece intacta,
replica sus dones aromáticos en los estercoleros, y la misma
piel desintegrada clona millares de estructuras paralelas.
Está escrita entonces lo que muere nunca muere.
ALMA CÓSMICA
Pitágoras
Samos-Metasponto
580-497 a.d.n. E.
Hijo del mercader
Mnesarco, disidente,
exiliado en Crotona,
viajó por Egipto,
Persia, la India y las
Galias, creador
de una cofradía
disidente.
Probablemente
murió en un incendio
provocado por razones
políticas.
Sólo quien observa la predadora
complejidad de la materia,
o investiga los volúmenes planos y las curvas
o navega la superficie geométrica del cosmos
puede agregar un cuadrado construido sobre los catetos
al cuadrado de la hipotenusa
del triángulo rectángulo
o postular que sólo la filosofía purifica el alma
o todo lo que vive o muere emana de la madre tierra,
o filtra fluidos energéticos en las semillas y la sangre.
(El padre muerte-cernidor de motivos sucedáneos-
simplemente recicla las estructuras proteínicas
en sementeras, tundras y pantanos).
No se muere de muerte, sino de vida.
Árbol, insecto, pez, ave de rapiña, reptil o dromedario,
hombre o mujer –uno en dos-tienen origen específico común:
sólo transmigra el alma, es decir lo que anima la materia orgánica.
EL RÍO INMÓVIL
Parménides
Elea, Magna Grecia.
540 ¿? a.d.n. E.
Poeta, su poema
La naturaleza,
es un tratado de la
inmovilidad de la
materia, de la
imposibilidad
de la evolución.
El caos cuelga como esfera inmóvil:
El ser, lo que es, reposa inmutable e infinito.
Nada lo engendra, nada lo destruye, existe para siempre
Homogéneo como producto de su propia integridad. No ser
es impensable porque solo existe aquello que puede ser pensado.
Lo que es, es ahora, no tiene alternativa
no antes ni después ni tampoco porvenir
porque todo cambio implicaría dejar de ser
y no ser es imposible.
El río es la ilusión.
VIAJE A LAS ESTRELLAS
Euclides
Alejandría
300-200 a.d.n. E.
Los elementos compendiados
En 13 libros,
constituyen la base
de la geometría,
la geometría espacial,
las magnitudes, los
inconmensurables,
la aritmética y
tienen tanto valor
hoy como cuando
se escribieron.
Un hombre solo, en cuclillas, ciudadano de
la ciudad más cosmopolita del mundo conocido
observa el universo plano, tridimensional
desde la ventana de su casa en el Mar Mediterráneo.
Lo lejos, dónde llega, pregunta al viento.
¿De cuánta materia se hace la distancia?
Un gran signo de interrogación aplasta la sustancia del planeta.
Cada atardecer el cielo sin smog configura duendes geométricos
nociones comunes, definiciones, postulados: puntos, rectas, volúmenes
todo implícito como la figura ecuestre en la roca de granito
aguarda el cincel y la mano que despoje sus contornos de caliche.
Pájaros piojosos hunden su pico en el cuero de la noche.
El dedo traza la línea imaginaria hacia un punto en os confines.
En un mundo donde sólo pueden existir cinco poliedros regulares
la psique atrapa entre dos puntos una recta digna de sí misma
y por un punto exterior a su paralela escudriña el infinito:
la geométrica ternura del espacio intuido.
Desde entonces dos cosas iguales a una tercera sin idénticas entre sí
y los números perfectos resultan iguales a la suma de sus divisores
así de simple, contundente y para siempre queda establecido.
Todo es azul y verde y limpio
porque todavía no existen las usinas
sólo humo de fogones empedrados disipan cúmulos y estratos
la lluvia arrastra aroma de eucaliptos y heliotropos pútridos
lobos noctámbulos ladran a la luna en lar márgenes del Nilo
mientras un hombre solo, en cuclillas,
desde la ventana de su casa
en Alejandría,
contempla el mar Mediterráneo:
imagina las navegaciones del futuro humano a las estrellas.