Madelyn Valencia

Lienzo de cenizas

 

 

 

 

 

Insomnio

 

¿Cómo hago para apresurar la noche?

Escribo unos versos, creo animarla.

Me mira de reojo. No tiene prisa.

Así sin piedad destapa la caja de Pandora

y abre un agujero profundo en mi cerebro.

Más oscuro mi cabello se torna.

Cínicamente me dice:

“Todavía no te duermas.

Espera el amanecer por mí”.

 

 

 

 

Lienzo de cenizas

 

No siempre llega la silueta perfecta del árbol

dispuesto a posar. Ser sombreado en el más

pausado de los lienzos.

Mansedumbre

Paciencia

Vacíos como cuevas los campos. Solo asoma

la cabeza el árbol gris desnudo con los brazos

en alto. Así lo visualizó Piet Mondrian en el otoño

(1911, para ser exactos).

No pudo vestirlo con su pincel

antes de que las hojas fueran hojarasca

(fértil humus para la tierra). Esa sombra que perdura

aunque ya no exista.

En la corteza, los recuerdos.

 

Piet Mondrian, en mi casa posa también un

árbol. Infortunio de hojas que caen sobre

la desnudez de mi patio

(triste humus para la tierra). Ojos, pasos, sonrisas grises.

No te alcanzarían los lienzos para dibujarlo.

Cenizas soy mientras escribo.

 

 

 

 

Una sola página

 

Ese niño que escucho balbuceando una frase quiere llorar en la orilla/ Llega a mí su mensaje/

como un ¡ay! es una sola página la vida/ Corto el tramo hasta llegar a los ojos vidriosos/

Un proceso depurador para sus costados ausentes/ o simplemente recortar lo viejo y pegar

lo nuevo alargarían su estancia/ Yo siento el sonido del agua que desde lejos me ahoga.

 

 

 

 

Sobre la roca

 

Tendida sobre el lado derecho de la roca

donde la nada y el todo

se juntan.

La mirada como piedra extinta.

Su voz golpea los cartílagos desde el inicio de los tiempos.

¿Vestigios?

(Lo negará diez veces).

Di, mujer, ¿ya estrenaste tu traje a prueba de muerte?

 

 

 

I

 

Él esconde siempre un ojo del mismo lado de la hiel y

como un cíclope vigila la puerta.

No para de jugar con mi sonrisa.

La empuja fuera de su espacio.

Como juez parado ante mí menciona mi nombre

y luego lo esconde.

Se asegura de que yo sea silencio.

 

 

II

 

Si me salvo esparciré los huesos y las sombras

por donde no hay camino.

Estos restos me desconocen.

Tienen una mirada hueca.

Debo hincharla.

Yesca

Leña

La llama que busco.

Todo puede suceder o no.

Le robaré su fuego al tiempo.

Madelyn Valencia (Matanzas, 1971). Es poeta, traductora y docente, egresada del Instituto Superior Pedagógico Juan Marinello (Cuba), en la especialidad de L ... LEER MÁS DEL AUTOR