Laura Andrea Garzón

Balada (de)pendiente

 

 

 

 

Jardín en Giverny

Dicen que es necesario construir un puente para dialogar dicen que hay que quemar los puentes dicen de los puentes que son frágiles dicen que son estructuras muy prácticas que son muy necesarios dicen que acá no saben hacer puentes dicen que los puentes deben ser pequeños dicen que los puentes grandes se caen que son peligrosos los puentes son puentes aunque un puente sea una tabla o tres o cinco tablas sobre el aire o el agua y dicen que ahora se pueden tender muchos más puentes. Quiero un puente japonés para mi jardín. Un puente que cuando lo mire por largo rato comience a cambiar la luz sobre mi puente la forma de mi puente hasta que pueda o no ser mi puente mandado a traer especialmente para mi jardín un puente que cuando cierre un poco los ojos para enfocarlo disipe su contorno de puente. Quiero quedarme ciega mirando mi puente japonés construir un puente con mi puente quemar los puentes con otros puentes ser un puente frágil práctico pequeño necesario peligroso grande ser un puente que se fabrique a sí mismo en donde nadie sabe hacer puentes. Quiero quedarme ciega de ser un puente. Ciega de todos los cruces que ocurran sobre mí ciega de las sombras del helecho porque acá no hay sauces ni cerezos ni nenúfares solo hay charcos y baldes y materas viejas. Quiero ser un puente tan largo que cruce de lado a lado de la alberca que se refleje ahí el tendido de sábanas de la terraza ser frágil práctica pequeña necesaria peligrosa grande para tender puentes y quemar puentes y dar sombra a las orquídeas cuando te hayas ido.

 

 

 

Jardín de las delicias

te hablarán de la dulzura de este dolor pero no podrán decirte el modo en que se abre la carne suave la pulpa casi se deshace al contacto     te hablarán de lo tibio pero no podrán hacer que sientas el color amarillo rasgándose en el núcleo se desdobla el infinito de dos se hacen miles        él los ha juntado y se multiplican             te reconocerás en otros ojos miles de ojos observando con deleite tu cuerpo distendido que cruza el cielo en alas de una golondrina sola cae en picada estallando en agonía o en ahogo justo al borde de lo verde llanura donde pastan los animales en esa falsa calma antes del clímax o el derrumbe a dónde se llevarán toda la ira y el deseo   te jurarán una y otra vez que todo pasa te dirán la calma pero tu querrás hacerte toda superficie húmeda del ojo superficie tersa lista para empezar de nuevo te hablarán de la dulzura del dolor pero no de lo breve            no del punto exacto en donde se hace insoportable el olor fétido que emana de lo dulce lo suave en exceso que ya se descompone y de ahí brota la baba del sueño       caerás dormida huirás del frío piel de gallina llama el calor llama que sale de tu centro y deja que todo regrese al origen

 

 

 

Balada (de)pendiente

a Nan Golding

1.

purga la tierra que pisamos
lame
el asfalto caliente que nos quemó la piel
recorre el hematoma
recorre la costra antes de que caiga

restituye
el daño que hemos hecho
al cuerpo en que cabe
poco más que otro día

 

2.

no podemos

seguimos rogando
uno más uno
más uno solo más
de los recorridos
ingrávidos

 

3.

quebramos
otra promesa de recuperación
para fingir salvar lo que no se cierra

 

4.

crema dental en mi índice derecho y
en tu dedo índice yo
líquida larga y dulce
en tu dedo índice el último contacto
repite la familiaridad de lo perdido
lame
la certeza árida de desconocernos
lame
la certeza de que no sabremos
de la piel nueva bajo la costra

no podremos jamás
purgar la cama en que no dormimos

 

5.

dame
una dosis más alta

los resultados jamás serán concluyentes
incapaces de decir lo que nos hicimos

 

 

 

Vanitas

tengo sal en la boca
sal que baja por mi esófago
preserva la carne que se cansa
limpia dicen que
limpia pero
rasga y pesa en el fondo
del estómago

sale de ahí la raíz
dicen pon tus manos
un poco más abajo
entre pelvis y costillas
hay que respirar hondo
dejar que seque
dicen que seca
las malas hierbas
dicen que hay que ponerla en medio
entre pelvis y costillas

borra la mancha
lo mismo que el paso del tiempo baja
la sal de tu boca
seca
como el mar que hubo aquí
en la mitad de los campos donde
te planté una mata de menta
riégala dos veces al día
todos los días
y mantén lejos tu saliva
el agua mar que traes contigo

pon tus manos sobre
la tierra
entre pelvis y costillas
y deja que tu cuerpo digiera
la menta que cae en el fondo
del estómago
tragas sus hojas pides
que te deje limpiarte
pero cómo

la menta resiste tu fatiga
baja por el medio de mi esófago
flota
entre mis costillas y mi pelvis
tiene la promesa
de la cura
pero tú ya lo has quemado todo

 

 

  

la palabra animal es un cuchillo que baja por mi garganta pequeñito y trago la saliva con cuidado de no ir a cortarme guardo el miedo de que llegue al estómago si es que acaso pasa la tráquea guardo el miedo de que siga adelante y rasgue por dentro la palabra sea lo que termine lo que empezamos y el dolor se dispare pero tan despacio que no estallen las conexiones de las neuronas y entonces deba sentirlo todo otra vez y otra vez cuando ya estoy agotada de tanto sentir y solo quisiera que la palabra fuera más grande y de una vez me hubiera degollado.

 

 

 

pan nuestro

sea quien lleve la tierra, si la llevan, o quien la espere, si la aguardan,
partiendo juntos cada vez el pan en dos, en tres, en cuatro,

sin olvidar las sobras de la hormiga que siempre viaja de remotas estrellas
para estar a la hora en nuestra cena aunque las migas sean amargas.

Eugenio Montejo

 

la gente no sabe el nombre de este pan lo digo y no lo saben

la corteza que suena pero no demasiado se quiebra suave
pregunto si tiene otro nombre si en otra parte también lo comen
pan de pobres

pan de cien pan de doscientos es decir pan de poco
sacia rápido y se remoja en el café hasta que queda empapado
esponja del hambre y se envuelve

para prepararlo hay que estirar la masa y enrollarla se deja levar
antes o después se abren
bocas de aire que buscan su camino en la masa

burbuja que se desprende

un pez que se desliza contenido en una pecera que crece habla
un pez dos peces

la contención se tensa burbuja que se expande

y la verdad es que nunca me había preguntado cómo se llama un pan blandito en otra parte, si acaso existe, si se come, cómo se come. Doy por sentado que todas las panaderías son como las de Bogotá. No hay una sola panadería tradicional en Bogotá que no tenga pan blandito. Ahora hay panaderías donde ningún pan se paga con menos de lo que cuesta un bus. Aunque ya no sé cuánto valen los buses. Me parece que me he ido hace mucho y hago pan blandito en mi casa para ir al tiempo en que lo comprábamos con mi abuela, una rutina de ir por una bolsa de pan, cuánto aire contenido entre el aire

el trozo que se mueve en el agua salada

del caldo empujado a la boca con una cuchara la concavidad del abrazo
un cuenco

es una figura fácil dos manos que recogen esta hostia
mi abuela no me deja comprar peces en la plaza de mercado porque dice que se me van a morir y voy a llorar y los voy a sostener así entre las palmas antes de tener que tirarlos a la taza y yo insisto: abuela, no se me van a morir. Veo los peces cuando vamos a la plaza. Peces vivos. Peces que no saben que están vivos y no se preguntan con qué los alimentan solo van hasta la superficie y se comen las migajas

piedras pequeñas en la costa cualquier costa
piedras redondas que voy guardando en un bolsillo como
peces que no saben que son piedras piedras que no saben que son panes

ablandadas por el agua salada caldo del principio de los tiempos
del que ya brotamos y en el que ya nos hundimos aunque no juntos
porque nunca lo hemos estado

 

 

  

meditaciones

I.

visualiza ahora a tu Padre dale libertad para que sea lo que es o lo que ha sido

la voz de la meditación indica
así es como es o fue así ha sido según mi percepción

y qué pasaría si yo no supiera

si un día Padre despertara sin una pierna sin dos
qué pasaría con su afición a la fuga a dónde
iría       a un lugar donde ocultarse
donde sobar los miembros fantasmas
dicen que la gente puede sentir aún su mano su pie

cómo le daría yo la libertad

y si Padre tuviera la sensación de sus pies podría acaso traerlos de vuelta

yo soy su miembro fantasma
y ahora busco en Google su nombre como si estuviera en busca del resto del cuerpo
hay otro estómago que se retuerce con su perfil de Facebook
no soy yo que soy un dedo perdido

tecleo

y lo primero que aparece es la hoja de vida de un hombre que ya no reconozco
es fácil decir
que ya no reconozco
como si alguna vez nos hubiéramos encontrado       ojos contra ojos

pero veo también en este recuento
los mensajes que le escribí desde
el otro lado del mar y sé
alguna vez tratamos de amarnos
pero perdí la piel en mientras lo intentaba
un diente
las uñas
me quedó una cicatriz en el rostro

la foto del perfil sigue siendo de los dos
algo como el rastro de un recuerdo me vibra en la rodilla derecha

y de nuevo caigo
en el hábito de hurgar

la voz de la meditación dice
eres libre de relacionarte con tu cuerpo así como tu cuerpo es dado
puedes ser objetiva con tu cuerpo

pero no

algo falla

El Mundo ofreció la fractura de su clavícula como ofrenda
para iniciar el tránsito a la separación

Padre y El Mundo fueron aumentando su distancia hasta que yo quedé flotando en la órbita de El Mundo y Padre fue un meteorito distante

dónde quedan los vestigios de los cuerpos celestes que se deshacen en fricción
dónde queda la lengua con la que los hemos nombrado

 

 

II.

la meditación continúa:
en referencia a todo este eres tú
en referencia a las galaxias
a lo que está dado al universo

yo

esta persona básica se da cuenta de que tiene un hilo que jamás podrá cortar

sobre el que transito en equilibrio
la relación entre el individuo y la totalidad
todos somos así nuestros padres nuestros abuelos

equilibrio precario

el mismo hilo que uso como contorno siempre de nuevo
para trazar la sombra
a ver si alguna vez se vuelve cuerpo que me abrace

la totalidad
ya está en mí
pero estoy ciega

limo lo que me separa del cosmos y lo trago para asegurarme de que lo contengo
y estalla

hay otro estómago que se retuerce
Padre es mi dedo perdido                  el miembro faltante

soy yo la que cree que aún puedo correr con las piernas taladas

 

Laura Andrea Garzón (Bogotá, Colombia, 1992). Literata y maestra en arte con énfasis en proyectos culturales. Magíster en Escritura creativa de la Universida ... LEER MÁS DEL AUTOR