Juan José Castro Martín

Fugaz morada el verbo

 

 

-TODOS LOS POEMAS PERTENECEN AL LIBRO “PERO EL MUNDO NO ESTABA”

 

 

 

 

Palabras prohibidas espacios muertos en tu arqueología de nubes bucean en el desasosiego el mármol y el brillo del nombre su resonancia sin estallido tras los labios las jornadas se alargan hasta rozar lo intangible eso es recordar ahí detenida presta para lo que no está te consumes te absorbe el silencio que los objetos tienden como tela de araña la opacidad de las cortinas la intrascendencia de lo trascendido

no se puede ignorar lo ausente aunque no se le consagren la sangre de los minutos las permanencias o las partidas suyo es el volar de las equivalencias una distancia poblada de vencejos al ocaso en la primavera de lo primigenio que arde en su declive

porque el mundo no está más allá de su sonido o del legado de estelas que promete cierra los ojos y descansa aunque no olvides los espacios muertos en el hábito de los nombre

 

 

 

 

la madrugada es siempre la primera

madrugada del mundo

el sopor amurado escarcha en las pestañas

sombras hijas de las cosas desvalidas

rendijas que descubren

el moribundo espacio

 

 

***

 

movimiento en lo oscuro

por dejar fuera un todo

entornaste la puerta

dentro del cuarto

un resplandor disminuido

amasijo de células y fibras

reunido por la sombra

noche de quién o piel de qué

 

 

***

 

respira el loto periférico

un entorno se va hundiendo

en un alrededor se descompone

regresado fragmento

el peso respirado un cuerpo

todo en sí es inminencia de alcanzarse

la nieve en la almohada deposita

su nombre hasta tirar

la noche tras los párpados

 

 

***

 

fugaz morada el verbo

floreces en tu nombre sobre

la sorpresa del párpado

quién despierta al desierto de las sábanas

la aurora abajo espera

se resisten las sombras

el cuerpo apenas enhebrado

al pespunte de lo real

 

 

***

 

vestirse la conciencia la pasada

floración y la tristeza

lo unido a su sentido

broche ojal cremallera

delimita los glóbulos de paso

escindir o cubrir la piel aquello

primigenio del pulso

dotar de dimensión a lo propio

y ser intersección en la memoria

con las cosas despiertas

 

 

***

 

ondula en los oídos como lluvia

la casa que no ignora

gota a gota caída a sus cimientos

paredes de lo extraño y ventanales

a punto de mirar de nuevo al mundo

ha escrito tus sonidos

 

 

***

 

esqueleto de un ruido

cíclico flujo opuesto o divergente

espejo del lavabo

repite lo que no quiero saber

dime mis negaciones

mirar y emanciparse

está lo que no estuvo

no estuvo lo que está y contigo existe

la frecuencia del hoy

que acicala la duda de mañana

 

Juan José Castro Martín (Motril, Granada, 1977). Licenciado en Filología Hispánica y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Gran ... LEER MÁS DEL AUTOR