Las Piedras del Espejo y otros poemas
PER CAPITA
El primer rey era deforme;
nació con una protuberancia sobre el cráneo que llamaron corona,
pero esa deformidad le confirió poder.
Ésa fue la única corona de hueso, la única auténtica corona:
una sola corona de verdad en toda la historia de los hombres.
A partir de entonces, el resto de los reyes simulaban la deformidad
con coronas de arcilla acero oro.
HAY, HAY, HAY
Hay amores que huelen a trigo trigo trigo,
amores de las sienes rozadas por los pájaros
y el cielo azul que tarda en
ponerse color vino vino vino.
Hay amores que descabalgan vidas vides vidas,
para que así los hombres apeados
de sus propios destinos tinos trinos
los huelan como a rosas como a rosas
salvajes y perdidas.
Hay novias que preguntan, le preguntan al viento
¿Eres tú mi vestido? Mi vestido, ¿me llevas a mi boda?
Ay vestido ondeado, ay mecido y brizado, revolcado
o corriendo corriendo como un animalillo
al maizal de los días infinitos
infinitos. Amores que huelen a trigo y a maíz
y a hierba y lo demás no son amores, uno
y otro por las montañas
libres perdidas. Ay,
amores, que os encuentren
con las mejillas rosas rosas rojas,
revolcados en cijas en pajares,
o espantando a los pájaros los pájaros,
tirantes tirolinas de cielos infinitos
infinitos. Cantad, novias, aquello de Yo tengo
un vestido que baila
con el viento y con todos y conmigo
y que acaba diciendo Entre las tumbas
y tumbas. Ay, amores,
oled, oled a trigo y a camisa
inflada por el viento,
que choca las cerezas las cerezas
que caen blando en la tierra en la Tierra. Para siempre.
LAS PIEDRAS DEL ESPEJO
Qué poco que tardaron
en regresar aquellas risotadas censuradas antaño
por parecer de brujas
y asociarse en tratados de anaqueles
inalcanzables a lo
maquínico y perverso: caballeros
de una fe intransigente
no faltaron para batirse el cobre
contra los murciélagos de tales
risotadas eléctricas.
Al fondo palpitante de grabados
tenebristas los tenéis,
guerreando hasta recular
al más sombrío rincón
del cuadro. No es difícil
oírlas al pasar junto a abiertas ventanas.
Ahí están, hierba son
chillona que despunta. Y, en efecto,
mala hierba que entre la buena
se cuela con la manida
excusa del equilibrio:
diablo pesando un alma en
la romana de un cuerpo, embadurnando
lo divino con orín de verraco;
materia opaca que su interesado
asiento otorga a las luces del mundo,
pues de otra manera –explican las reidoras–
no serían, ya que un peso
brillante sólo –y abren
sus manos esqueléticas–
¿puede darse en la tierra?
El peso de lo brillante, ¿no es un sol?,
–sacudida resignada de la cabeza horripilante –,
¿y alguien vive en el sol? Ejem, ejem,
risa que acaba en tos y en un gargajo.
El lazo de arpillera anudado a la flor
más bella, el bien
definido en la sustancia
más ajena; ése es su lugar,
no las piedras del fondo de los ríos,
sino las del espejo: aquellas piedras
que podrían, o podrán
–porque el mal no se va a rendir jamás
y flaquezas habrá tarde o temprano–,
arrojadas contra él, hacerlo añicos.
IMPERATIVO DE PASADO
Su mano tembló en la mía y la apretó mucho más
de lo necesario. –Che volete, dijo con una voz sombría
y turbada, ¿che volete mi? ¿Qué quiere usted de mí?
R. Barthes cita a P. LOTI
Tuvistí conmigo
distemí la mano
–le dice en una lengua
le habla en imperativo
de pasado
Vinistí distemí
la mano
Distimilá
Hay ciertos ruiseñores
por los que mana de mañana
el canto de la noche
y viceversa
Era uno de ellos Uellos
nidios mis ojus
Y con tanta rabia
llora que hace ondear
un lienzo bajo las montañas
¡Eso tenía!
Que le enfermó el pasado
No hay salida ni hay soledá
abrirunse los dias
Entraremus
al pasado
como las bezbas
entran a las floris
i de las floris
van a las celdas
i vuelven a las floris
*
Lago en la isla
¿probarás el océano?
Lo probaste Será
o fue es
Un terremoto
es menester Un terretemblo
Ojus de la color
que gotea pupila
de lo que falta
Falta menos Un velo
mus aparta Sacastemí
el velo Mus aparta
morir Distemí la mano
*
¡Distimilá!
Esta herida
en el otro mundo
es una flor
de otro mundo
Pupilas dilatadas Se levanta
Camina por el jardín
En esta escena
cantan los ruiseñores
cantan tan fuerte
que se van a morir
que hasta se saliniza
el lago
de deseo Y cuando cree
que amanece
¿Quién va eres tú
todavía eres
tú (y quería decir
Eres ya tú)
amor mío?
*
Los ojus i las manos
Lo que fuera
que veía tenía
Cáliz que delimitan
dos rostros enfrentados
Ya estáis
Besaos la frente
el tiempo
los ojus y la boca El corazón
ya está
ya tiene el vino
Para Katie
Mírate toda
llena de arruñazos
Eras blanca y pareces
una mancha roja
Cierva ciega de andar
entre espinos
y puntas
de estrellas Yo te quiero
De puro dañar
el daño con tu daño
Te quiero Eres la única
cosa que quiero
*
Como el viento de las grutas
mi amor que no sabes
y no puedes no puedes
porque está
todo fuera
Afuera
Una mañana
nítida nieve
de todos los colores
del verano Eso eso que quiero
amor quiero nacer