Josefina Plá

Todo comenzó en el espejo

 

 

 

 

EL VIAJERO

 

…Y, de pronto, el viajero

surgió. Sobre el sendero

sus pies dejaban pálido,

fosforente reguero.

 

Vio mi mano en oferta,

y dijo: -¿Es para mí?-

(Yo no sé si despierta

o en ensueños le oí).

 

…Extasiado, mirándole

los ojos, se lo di…

¡Poder no pensar,

poderse abandonar,

como el pétalo al viento,

como al fuego el sarmiento,

como la astilla al mar!

 

Caminito escondido

Caminito escondido

que te embozas en sombra

y con grama te alfombras,

y al silencio haces nido:

 

Caminito escondido:

eres humilde y breve,

y tu surco es muy leve

entre el bosque tupido.

 

Medio sol de mañana,

un poquito de luna,

un hilo de fontana,

son toda tu fortuna…

 

¡Poco tienes, sendero

enflecado de sauces,

mas tú sabes, camino,

que breve, pobre, austero,

en sombra, eres el cauce

de un designio divino.

 

También yo sé, camino

que, aunque corto y umbroso,

te vio el dolor celoso

y el amor adivino;

 

que alguna vez, acaso,

pudo encontrarte al paso

el hada de la suerte,

 

y que, en noche sombría

o en el claror del día,

te sabrá hallar la muerte!

 

 

 

 

CONCEPCIÓN

 

Me tendrás a tu lado. Me besarás. Y luego,

como al moreno cántaro que espera al fin del surco,

a mi sumiso cuerpo se alargarán tus brazos.

Se saciará tu sed: la exigua sed de un hombre.

 

De mi lecho después, en largas madrugadas

hacer creerás el blanco camino del olvido.

Y sin embargo, ciego piloto de mi entraña,

conmigo habrás llegado por una noche sola,

 

a la encantada playa donde no está tu muerte.

Por el nocturno río caliente de mi sangre

irán tus ojos lejos, para jamás volverse,

tu voz prenderá en roca para perennes ecos.

 

Tú no lo sabes, hombre, tú no lo piensas, ciego.

Esta noche mi cuerpo será, ¡oh antiguo nauta!

el puerto de que zarpen las naves de otra aurora.

 

 

 

 

EL SONETO DE TU VOZ

 

Blanda en mi entraña, como tibia lluvia,

beso aplastado corazón a vena;

tiembla en mis ojos, como sol en río

tañe en mis pulsos dolorida plata.

 

Pincel que te dibuja estremecida

rama en el agua azul de mis anhelos

pasa por mí, y se lleva mi dulzura

como un rayo de luz que fuese abeja.

 

Ave a quien le nací con viento y nido,

su ala sabe el curso de mi arroyo,

y en el ángulo agudo de su vuelo

 

-punta de corazón hiriendo en flecha-

una gota de sangre nueva siempre

recarmina las rosas del deseo.

 

 

 

 

INVENCIÓN DE LA MUERTE

 

Esa sombra

La veréis alargarse cada vez como un agua vertida

sin remedio

como un manto cayendo despacio de sus hombros

como si fuese él mismo arrepentido que quisiera

volver sobre sus pasos

-reptil de limpia muerte sin cadáver-

 

La veréis ahilar su arroyo

sobre un suelo

por siempre horizontal a la aventura

 

Y será también la única

que dormirá con él reconciliada

con la sombra total

de que se desgajó

enemiga de todos los espejos un día.

 

 

 

 

TODO COMENZÓ EN EL ESPEJO

 

Todo comenzó en el espejo.

En la palma indiferente del agua

la nube fingió islas, cimientos el arco iris.

Todo comenzó en el espejo.

En el cielo engañifa de la charca

la rama empolló el huevo de la luna;

cosió el pájaro un velo con costura perdida.

 

Todo comenzó en el espejo.

La estrella guiñó mintiendo al pez incauto;

la luna escribió música que no despertó a nadie.

 

Y en el espejo una mañana

reconoció el viajero su secreto fantasma,

se vio pómulo y sien,

pupilas de agua para siempre cautiva,

frente como una lápida de sí mismo.

Se vio por fuera, se olvidó por dentro.

Y comenzó a clasificarse

según color y pelo.

 

Y los amantes murieron por él dos y tres veces,

y los viejos gustaron anticipada la agonía,

y el hombre del color perdió patria y amigos,

y la belleza vendió a su esposo el sueño.

 

-Todo comenzó en el espejo-

Josefina Plá María Josefina Teodora Plá Guerra Galvany (Isla de Lobos, España, 9 de noviembre de 1903-Asunción, 11 de enero de 1999), más conocida c ... LEER MÁS DEL AUTOR