Todo comenzó en el espejo
EL VIAJERO
…Y, de pronto, el viajero
surgió. Sobre el sendero
sus pies dejaban pálido,
fosforente reguero.
Vio mi mano en oferta,
y dijo: -¿Es para mí?-
(Yo no sé si despierta
o en ensueños le oí).
…Extasiado, mirándole
los ojos, se lo di…
¡Poder no pensar,
poderse abandonar,
como el pétalo al viento,
como al fuego el sarmiento,
como la astilla al mar!
Caminito escondido
Caminito escondido
que te embozas en sombra
y con grama te alfombras,
y al silencio haces nido:
Caminito escondido:
eres humilde y breve,
y tu surco es muy leve
entre el bosque tupido.
Medio sol de mañana,
un poquito de luna,
un hilo de fontana,
son toda tu fortuna…
¡Poco tienes, sendero
enflecado de sauces,
mas tú sabes, camino,
que breve, pobre, austero,
en sombra, eres el cauce
de un designio divino.
También yo sé, camino
que, aunque corto y umbroso,
te vio el dolor celoso
y el amor adivino;
que alguna vez, acaso,
pudo encontrarte al paso
el hada de la suerte,
y que, en noche sombría
o en el claror del día,
te sabrá hallar la muerte!
CONCEPCIÓN
Me tendrás a tu lado. Me besarás. Y luego,
como al moreno cántaro que espera al fin del surco,
a mi sumiso cuerpo se alargarán tus brazos.
Se saciará tu sed: la exigua sed de un hombre.
De mi lecho después, en largas madrugadas
hacer creerás el blanco camino del olvido.
Y sin embargo, ciego piloto de mi entraña,
conmigo habrás llegado por una noche sola,
a la encantada playa donde no está tu muerte.
Por el nocturno río caliente de mi sangre
irán tus ojos lejos, para jamás volverse,
tu voz prenderá en roca para perennes ecos.
Tú no lo sabes, hombre, tú no lo piensas, ciego.
Esta noche mi cuerpo será, ¡oh antiguo nauta!
el puerto de que zarpen las naves de otra aurora.
EL SONETO DE TU VOZ
Blanda en mi entraña, como tibia lluvia,
beso aplastado corazón a vena;
tiembla en mis ojos, como sol en río
tañe en mis pulsos dolorida plata.
Pincel que te dibuja estremecida
rama en el agua azul de mis anhelos
pasa por mí, y se lleva mi dulzura
como un rayo de luz que fuese abeja.
Ave a quien le nací con viento y nido,
su ala sabe el curso de mi arroyo,
y en el ángulo agudo de su vuelo
-punta de corazón hiriendo en flecha-
una gota de sangre nueva siempre
recarmina las rosas del deseo.
INVENCIÓN DE LA MUERTE
Esa sombra
La veréis alargarse cada vez como un agua vertida
sin remedio
como un manto cayendo despacio de sus hombros
como si fuese él mismo arrepentido que quisiera
volver sobre sus pasos
-reptil de limpia muerte sin cadáver-
La veréis ahilar su arroyo
sobre un suelo
por siempre horizontal a la aventura
Y será también la única
que dormirá con él reconciliada
con la sombra total
de que se desgajó
enemiga de todos los espejos un día.
TODO COMENZÓ EN EL ESPEJO
Todo comenzó en el espejo.
En la palma indiferente del agua
la nube fingió islas, cimientos el arco iris.
Todo comenzó en el espejo.
En el cielo engañifa de la charca
la rama empolló el huevo de la luna;
cosió el pájaro un velo con costura perdida.
Todo comenzó en el espejo.
La estrella guiñó mintiendo al pez incauto;
la luna escribió música que no despertó a nadie.
Y en el espejo una mañana
reconoció el viajero su secreto fantasma,
se vio pómulo y sien,
pupilas de agua para siempre cautiva,
frente como una lápida de sí mismo.
Se vio por fuera, se olvidó por dentro.
Y comenzó a clasificarse
según color y pelo.
Y los amantes murieron por él dos y tres veces,
y los viejos gustaron anticipada la agonía,
y el hombre del color perdió patria y amigos,
y la belleza vendió a su esposo el sueño.
-Todo comenzó en el espejo-