José María Muñoz Quirós

Suave sopla el viento

 

 

 

 

Suave sopla el viento

 

1

 

Desconoce la mirada que fue observando

su intacta claridad.

 

Todo lo desconoce en la retina

de los días opacos,

en los días donde al temblar

respiras.

 

Al encenderse el fuego de la tarde

se quemó y nunca supo

hacia dónde se nace

cuando se está rendido

en el fondo del sueño.

 

 

 

2

 

Tu asombro ya sin luz es la palabra

que no tiene destino,

el diccionario de la noche

enroscada en ocasos.

 

Cintura de misterios ateridos.

 

Tu boca en el brocal de la mañana

no es retorno; es la huida,

es la palabra que descansa

sobre los brazos de una música helada

por las eternas notas

de un sonido sin música.

 

 

 

3

 

Eras rumor y al escucharte siento

la voz que no se olvida.

 

El poema me ha hablado de ese gozo

en el fulgor de su encendido fruto.

 

En el pecho del mundo los días más oscuros

ya se alejan.

 

La oscuridad elige la manera

de ensombrecernos siempre.

 

En el pecho del mundo echan raíces los últimos silencios.

 

 

 

4

 

Si acaso buscas en el hueco de una rama

el anidar de un pájaro,

verás pasar la noche en el quejido de sus hojas,

en un resquebrajarse impune

que nunca brilla más allá

de la presencia que emana

del perfume de su vuelo.

 

Después verás la vida cuando crece

y su nacer se va fundiendo lento

en el terreno limpio de quien ama.

 

Habremos comprendido

que es efímero siempre lo que nace

y que todo merece ser amado.

 

 

 

5

 

Abrir las puertas y que el viento

elija su paso

por el vértigo inocente de las cosas.

 

Abrir en el lenguaje la desnudez,

el limpio afán de lo más transparente.

 

Y caminar por el dominio último

de lo que nunca nombras.

José María Muñoz Quirós Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca. Catedrático de Lengua y Literatura, profesor de Crítica Literaria del ... LEER MÁS DEL AUTOR