Giuseppe Bova

Todavía no es la hora

 

 

 

(Traducción al español de Emilio Coco)

 

 

 

 

Hasta cuando quieras hablarme

yo me quedaré contigo toda la noche

para que las piedras creen a veces

un cielo estrellado

porque el alma es el otro de mí

inquieto

que busca la pureza en cualquier lugar.

 

Pero cómo perseguir a la órbita

que huye del alfabeto

a la palabra que aparece de improviso

como fulgor de luz en el cielo.

 

Inasible pruebo la línea de la oscuridad.

 

No me digas que es imposible morir

en el lenguaje común

Presta oídos al sonido

y al escalofrío de la página casta

si puedes

Traduce el viento

traduce el sentido del momento fugaz.

Y si palabra te parece escuchar

no dudes:

es todavía Dios que canta

con voz de ruiseñor.

 

 

*

 

 

Ahora te preguntarán

cuántos peldaños hiciste,

si sembraste los campos,

las madres que tuviste.

 

Ahora medirán

la exacta dimensión de los ritmos temporales,

el sentido del color,

la docta fantasía que los encierra.

 

Y yo no soy sino el dolor

que se queda petrificado como una roca.

No soy sino la tierra desmigada

que se juega su destino en un regazo.

 

 

*

 

 

Yo también llegaré a Roma

como San Pablo

entre los sordos

los mudos

los paralizados verdaderos y los falsos.

 

Yo también seré matado

por los sacerdotes del Templo

rudos guardianes de páginas asesinas.

 

Luego alguien

tomará el viento con mis palabras

y corazones endurecidos se conmoverán

porque fui amigo del aire

y del humilde oído que me escucha.

 

 

*

 

 

Estoy en el Sur

porque la vida es dura

y tú piensas ser el dueño

que levanta la voz

pone las manos en el bolsillo

y se compra incluso las vidas.

 

Estoy en el Sur

porque el viento se levanta él solo

y no basta ignorar las razones

cerrarle el curso a la memoria

para excluir los sueños de rescate

la competición libre

la lucha.

 

Estoy en el Sur

porque tengo mi historia de héroes

y el mar de un dios

porque me das por perdido

e Ítaca vuelve con su rey.

 

 

*

 

 

Hace ya tantos años que vago

y el corazón me empuja

hacia otros acontecimientos.

Las luces distraen la noche

alteran ciudades sin medida

mas el deslumbramiento no muda los sortilegios.

 

Hay algo que de allí arriba nos mira.

Y como siempre me entrego al viento

intento fijar una esperanza.

Los ángeles vendrán a remar

las madres aprenderán a amar.

 

Pero todavía no es el tiempo justo.

 

No nacerá.

Esta noche el niño

no nacerá.

 

 

*

 

 

Todavía no es la hora.

La estrella se desplaza en la noche

pero no entiende dónde la hierba

se volverá fluorescente

y el buey paciente

y la cabaña tan desnuda

tan pobre

como para contener todo.

 

Cabalga las ramas del tiempo

el pueblo indio.

El rey de la lluvia espera

el relámpago que nos vuelva invencibles

y con los ojos espante a la muerte.

 

Un dios nacerá con el rostro pintado

y será ofrecido a un cielo de sombras

consagrado al fuego y a las nubes.

 

No tendrá la voz del lobo

no beberá la sangre del cordero

vendrá

vendrá

donde la balanza no está trucada

y el corazón arde.

 

 

*

 

 

Así quisiera

que yo padre

y tú amado hijo

hallásemos la manera

de hablarnos siempre

y vencer esas absurdas tentaciones

de desprender distintas verdades.

 

Yo antigua encina

tú tierna rama

no por eso divididos

no por eso lejanos.

 

Giuseppe Bova Nacido en Reggio Calabria. Ha desempeñado funciones de superintendente del Teatro “Francesco Cilea” de Reggio Calabria y de Presidente ... LEER MÁS DEL AUTOR