Edgar Rincón Luna

Breves paraísos sobre la tierra

 

 

 

 

 

Breves paraísos sobre la tierra

 

he aquí la medusa tatuada en la roca

se extiende por toda la curva del puente

y no deja de mirar hacia el norte

 

ahí van las viejas criaturas aferradas al concreto

flotan en un mar de piedra adormecida

 

ahí quietas bajo nuestros pasos

sobreviven al día y a la noche

nos contemplan poderosas mientras estallan

más allá de nuestra sombra

 

aquí hay un animal tierno sonriendo en la banqueta

es un erizo que de espaldas nos muestra sus patas

mientras con sus espinas dibuja la palabra explosión

 

hay un dragón que se extiende varios metros

su espalda cubierta de escamas

traza en el aire entumecido del concreto

una bella curva que termina en su cabeza negra

 

de dónde surgen estas bestias grises

quién dibuja sobre el asfalto

este cielo de animales bellamente atroces

desde cuándo me habitan la mirada estas manchas en el piso

sólo mi espalda recuerda el cielo

 

De Trenes para demoler un río, Bagatela Press 2015

 

 

 

 

Es ella quien escribe

 

Cada mañana descubro los trazos de su escritura nocturna

en los objetos rotos leo las sílabas de la furia y el desastre

en los breves cristales que decoran las orillas de los callejones

encuentro una invitación para un funeral que comienza cada tarde

el cigarro sin encender es la advertencia de que vienen días peores

la navaja de afeitar oxidada es una carta dirigida a los que despiertan

el pájaro muerto es un signo poderoso pero indescifrable

especie de asterisco en huesos y sombra para el sosiego de los insectos

después del ave la botella de cerveza pronuncia palabras más oscuras

la etiqueta rota me habla de un fastidio que lleva años rasgando la piel de las ventanas

un cristal limpio es un hombre que ha bebido solo esperando la visita de un fantasma

pero es en la botella rota donde puedo leer todas las firmas de la noche

alguien ha cerrado una puerta con el corazón sumergido en hielo

otro ha escuchado por teléfono que morir es inevitable

y el más viejo de los que habitan la orilla de este sitio

lleva otra noche esperando la compañía de la muerte

 

De Trenes para demoler un río, Bagatela Press 2015

 

 

 

 

Desde este sitio que no fue y nunca será una calle

miré los mejores atardeceres

 

imaginé mi sombra

creciendo a mis espaldas avanzando

conforme el sol se hundía en las montañas

en un espejo de tierra      barranco      y piedra

 

yo era un niño entonces

miraba a las muchachas

a las que apenas

les iba apareciendo el cuerpo

 

sus espaldas bruñidas por el verano

los hombros perfectos como el puño de un bastón

fueron los breves nidos de mi atrevimiento

 

en esos cuerpos se posaron

mis ojos de juventud

en ellas fueron mis manos

recogiendo las cenizas del rechazo

 

a las pocas que toque

las guardo en las alforjas

de mis manos

 

a todas ellas les hablé

nunca dije lo correcto

 

 

 

 

Mi padre se arrastró a través de las estaciones

hubo nieve      tierra    y afiladas piedras

buscó la luz de la madrugada en lo frío del suelo

 

Mi padre sigue ahí

esperando una señal

o un presentimiento

 

sobre la tierra helada

en ambos lados de el río

escucho su corazón

 

 

 

 

Tu nombre es el mío

 

Cada abrazo que nos damos

puede ser el último

 

tal vez el mundo

nunca se termine

 

pero nuestras muertes

ya tienen un paisaje

 

 y el número de un día

 

 

 

 

“mi padre coloca alfileres
en el cielo nocturno para verme
buscándolo”

 

Imaginétantas veces

la muerte de mi padre

que cuando sucedió

recordé cada abrazo

que nos dimos

 

desde ese día

seguimos conversando

y yo

no he dejado

de abrazarlo

 

 

 

 

Gato

 

Ese pedazo de alfombra

aferrado a trepar el cielo

con sus gotas de espejo tras los ojos

devora relámpagos

dibuja su sombra

ve con lástima a quien lo alimenta

y cree que lo protege

-pobrecito, lo encontré en mi casa-

dice a sus amigos

 

para este soberbio animal

el gato es otro.

 

 

 

 

Abreviatura del invierno

 

Han vuelto esos días

que suceden veloces

bajo la helada luz

de un sol inútil

 

—–

 

La sangre cuando se pudre

huele a muerte fresca

a flores entre el lodo de los días

a fruta muriendo al sol

 

la sangre cuando se ha secado

se aferra al mundo

no a la vida.

 

 

 

 

Por extraño que se escuche

a mi voz le hace falta caminar

eso es

caminar para que recuerde

la palabra calle

frío del viento

caminar

para reconocer

la sombra de las palabras

pino     césped     hojas secas

 

para pronunciar

azul devorado por las nubes

paisaje.

Edgar Rincón Luna (Ciudad Juárez, México, 1974). Ha publicado tres libros: Aquí comienza la noche interminable por el Fondo Editorial Tierra Adent ... LEER MÁS DEL AUTOR