Los retratos han hablado
I
Un dios sabía que el olvido no se mezcla con los sabores vanos.
Quizá las palabras regocijan a esas mentiras que los hombres piensan sean simples.
Un hombre decía que las asperezas, con el pasar de los años,
son solo hechos sin fundamento que hasta un dios se niega a creer.
En los umbrales del pensamiento
las gotas de agua resbalan tras ésa…, la mirada de Anémona.
(Del libro “El Origen de los Rostros”, 2010)
“Los demás también mueren
como tú, gota a gota,
hasta que el mar se llena”.
Gonzalo Rojas
II
Ella,
Levanta las flores de su caja a la ventana.
El verano se torna sucio,
ya las bandadas con el invierno se avecinan.
Ella levanta el velo de la lluvia en la mañana,
seca las lágrimas con lo que resta del verano.
Aljófares de humedad brillan en el rostro.
Cortan su interior en el gusto
Fue lo primero que se me ocurriría, decía.
Ella ajusta las flores de lado a lado en la ventana de la sala.
Solas embelesen a la tierra.
Ocultar lejos el sol rabioso,
encubrir en mí el amor por el fuego, se respondía.
Ahora que ya hemos envejecido.
Ella enreda su cansancio en los arbustos altos,
encogiéndose hacia abajo con la cabeza en sus manos.
Ella llora en voz alta,
Aparece el frío, en esta noche tan fría, repetía para sus adentros.
Ella ya no puede observar los rezagos de quien fue.
Congela su vida a través de las legibles bromas.
Su voz se dirige a este día de lluvia,
exclamando al compás del barítono en el discernimiento para quedarse.
Ella es ahora la hermana a sostener,
sueño de nube en el disipar del fuego.
Ahora ya reside acostada en la cama,
mientras que por debajo de la puerta esos seres
Bailotean.
Luego de transitar en los corredores de la reminiscencia,
todos ellos gritaran: será divertido pero… ya no hay donde ir a buscar.
(Del libro “Diversivas”, 2018)
III
Del miedo y en el miedo nos abrazamos,
en el frio te acobijabas con mi manto.
¿Por qué no he de tener una palabra tuya?
Te apartaste.
Como distan los barcos en la marea,
las aves abatidas frente al tumulto,
el agua deslizándose entre las yemas.
Intentaré pensar en el pronto regreso,
observándote a los ojos.
Las palabras son silencios
el silencio algunas letras.
Nos acostumbraremos a sentir las brisas,
veladas en las evocaciones.
(Del libro “Diversivas”, 2018)
IV
Los retratos han hablado.
Los dioses han besado los tapices… representando el sonido de una sentencia.
El hedor de los niños que mueren.
Una bañera de mayo…
Forma un cementerio de caótico frenesí.
Su grito fue el más triste de todos los sonidos en la tierra.
Las mordeduras, en los corazones de los parientes arrastran momentos a la ceniza.
Dicen que la ira es una breve locura de los amados.
La despedida, devuelve a la naturaleza lo que nos hizo tomar.
Monumentos al silencio de nuestras caras.
Siéntete miel, devorado por las moscas
(Del libro “Sempiternal”, 2015)
V
Vinieron pasos uniformados y sin cabeza;
le pegaron con porras y balas de goma,
El amordazado, fue llevado a la cárcel.
La tarde respiró aliviada, reencontrando el hilo vivo de esta friolera complejidad.
(Del libro “Líneas en Blanco”, 2019)
VI
He dibujado la rosca en un tornillo,
Con el gesto y el tornillo que gira
Viviendo en su giro, un paseo.
El tornillo gira y quedo absorto en su agujero de manecilla
Recuerdo los lugares que he amado,
El tornillo gira y me gusta enroscarme en él,
Presiono, lacero y cohíbo mis manos dentro de la pared, de la hendidura misma.
Giro forzándolo, lo giro como un loco y el tornillo gira
Oprimo mis fauces que profetizan hecatombes, su salivar me provoca asco.
Y el tornillo sigue girando y el tornillo avanza, y todo me sabe a maleza
A las habladurías de un grupete de fanfarrones.
Gira, y sigue girando hasta apretarme y soltarme sin remedio,
El tornillo gira frente a todos y me pregunto allí girando en aquel balcón…
Seré yo, el mismo destornillador.
(Del libro “AKUARYO”, 2020, Inédito)
VII
Sentimos y aceptamos
No, todos reconocemos el nuevo lugar que nos tienen preparado.
Veremos una ruta, la ruta del instante, la ruta de la atención, despierta, incisiva, acuosa.
Pico de víscera, diamante extremo, halcón, ruta relámpago, ruta de mil ojos, ruta de magnificencia, ruta de línea que va al sol.
Ahora, la ruta real, reflejo del rayo, enviste los lagos que observa al forastero con su legión de frutos vivos, en cuyo remanente son todas partes y ninguna.
(Del libro “AKUARYO”, 2020, Inédito)
VIII
No he usado mi voz hace rato,
Tal vez Ud., Señor… Señora…
No se encuentre allí.
Pero es agradable escuchar mi voz decir algo.
“Nísperos, agua potable, mirlos voraces”.
Señor.. señora.. de encontrarse allí podríamos compartir algo de comer…
Por qué no, un durazno verde que acabo de cosechar,
o mejor aún, un cigarro mentolado que encontré calado entre el césped del parque trasero de mi casa.
Señor… señora…
Tal vez podríamos charlar un poco sobre el tema de moda… una pandemia que nos cambió la vida a todos.
Como mi abuela solía decir: Iniciemos con una palabra bonita para la cháchara… jajajaja… tal vez empezar con un saludo caluroso; claro está, de esos que están prohibidos hoy en día; pero es verdad señor… señora… no nos conocemos, pero me pregunto a mis adentros ¿estaría mal el intentarlo?
No sé cuánto ha pasado ya, tal vez un año? … creo que ni un mes desde el fatídico acontecimiento.
Había un lugar donde me encontraba antes y allí tenia palomitas de maíz, cerveza y muchos dulces no lo sé ya Señor.. señora podría preparar un poco, y ofrecerle algo si fuera el caso.
Señor… señora… Ahora solo leo libros… de autores que ni conocía, que no sabía los tenía a mi recaudo. Solía ver películas… me encantaba los de viajes en el tiempo y realidades paralelas, ahora tengo una tonelada de todas ellas a mi cargo.
Pues bien Señor… señora antes de quédame callado por tal vez otro año, o tal vez más tiempo podría decirle que Yo, si hable con alguien… no solo era una persona… apareció, la deje quedarse en mi casa, hubo algo entre nosotros.
Un día lo permitimos… solo quería decírselo a usted, pues supuse que lo vería a los ojos cuando le comentara esto, y así fue?
O tal vez no ¡¡¡
La verdad Señor.. señora…cada vez que observo el racimo caído de duraznos de aquel árbol…. Lo único que deseo preguntarle al oído es… si su tacto debe saber a corteza o a piel.
(Del libro “AKUARYO”, 2020, Inédito)