La ronda de la vida
Quiénes somos
Quienes dicen que somos solo humanos
olvidan que todos somos animales.
Quienes dicen que somos solo animales
olvidan que somos un poco plantas.
Quienes dicen que somos un poco plantas
olvidan que somos un poco luz
y un poco oscuridad.
Quienes dicen que somos claroscuro
olvidan que somos un poco música
la música de las aguas del viento de los cielos.
Quienes dicen que somos buenos
olvidan toda la maldad del mundo.
Y quienes dicen que somos malos
olvidan toda la bondad de una mirada compasiva.
Soy la mujer que ayudó a morir a su padre.
Soy el hombre que prostituyó a una mujer
y su cliente.
Soy la planta que nació entre las piedras
y la máquina que la segó.
Soy tu amante celosa
y tu marido infiel.
Aprovecha este corto tiempo que me queda
para gozarme y torturarme.
El resto será mala memoria
y acaso
un tardío perdón
por no morir al mismo tiempo.
Fusión
No conozco otra manera de superar
el tiempo y sus relojes
los días y sus disgustos
sus migrañas sus cifras de desempleo
sus turbulencias mundiales
sus injusticias
más que esta fusión de cuerpos
de pieles y de sexos
este espacio sin fronteras
este tiempo sin controles
esta libertad en fin de encadenarse
a lo que se ama
no a lo que se obedece
sumisas al amor
y no a los hemisferios
ni a las convenciones
ni a los imperios
ni siquiera a las leyes físicas
que hacen de un encuentro emocional
la fricción de pieles músculos y salivas.
Einstein descubrió que el tiempo y el espacio
son metáforas
aunque yo todavía no sé
metáfora de qué somos tú y yo
quizás de una antigua melodía del universo
antes de su descomposición.
El escenario
Se nace con las cosas puestas
el paisaje
los arces rojizos de Montreal
la Estatua de la Libertad
la Sagrada Familia
el Museo del Prado
o el Río de la Plata.
Se nace
y el escenario ya está montado
desde antiguo
otras tragedias otras comedias ocurrieron antes
y todas terminaron igual
en el ataúd o el horno crematorio.
Tengo que aprender el nombre
de los ríos la tabla de multiplicar
y las monedas la geometría y las notas musicales
que ya estaban antes de nacer.
Y aunque el hecho se repita miles de veces
nadie nace sabiendo nada
y tiene que aprender a no sentarse
en un banco de niebla
aunque a muchos les gustaría
efectivamente que un banco fuera de niebla:
el escenario está montado desde antiguo
solo se trata de adaptarse a él
y aprender que dos más dos son cuatro
excepto en medicina
y torpemente aparearse
cientos de veces
y comer y alimentarse
y reconocer las calles
ignorando sin embargo
lo fundamental
lo principal:
¿para qué todo?
Aunque si quisiera
cien religiones sectas
y otras habladurías
sin sentido del humor
(de las religiones la risa está excluida)
expondrían complicadas narraciones
de carácter plurisimbólico
para tener una red de explicaciones
aparentemente opuestas entre sí.
Y sin embargo
en medio del desconcierto
de la Torre Eiffel o de los dragones azulados de Gaudí
escucho el limpio cristalino sonido
de un pífano.
Una sola nota
un pífano
sonando en medio de un banco de niebla.
Y de pronto comprendo todo:
el sonido
siempre el sonido
al principio de todas las cosas
de los pájaros los océanos y las hojas
los autos las taladradoras y el dentista.
El sonido
padre y madre de todas las cosas.
Una nota de un pífano me mece
y ya no pregunto más.
Sentir me basta.
Una fotografía antigua
A Rosa
Ayer entre papeles
encontré una vieja fotografía de tus veinte años.
Supe entonces
que te habría amado antes
mi amor se hizo pasado
y amé tu sonrisa universitaria
tu juventud entusiasta
la transparencia dichosa de tu mirada
tus lánguidos vestidos sobre las piernas
tus ilusiones
tus ganas de cambiar el mundo y los sexos
tus deseos de justicia
tu rebelión de roles
tu goce inacabable de las lenguas
la fuerza de tu furor de género
rebelde y moderna en el sesenta y ocho.
Mi amor se hizo pasado
y remontó los días y los años
navegó en arca en bajel
hasta los orígenes del tiempo
donde todo amor es nacimiento.
Autobiografía
Viví fuera de la tribu
en las márgenes de las manadas
y conocí el repudio de los jefes
el anatema de los sacerdotes
y la persecución de los soldados.
No fui sin embargo una heroína
sino una excéntrica
es decir alguien que huye del círculo
del triángulo y la televisión.
Amé alguna música y la belleza
tan pasajera como un pájaro que huye
y Fausta embelesada
alguna vez quise retener el instante hermoso
que se esfumó como voluta como viento como ola
como gota de agua como recuerdo.
Ni más
ni menos.
-Cristina Peri Rossi
La ronda de la vida
Colección Visor de Poesía
España, 2023