Insondable
-Del libro “Devenir”
Insondable
Remolinos
en el aire.
Danza azul
de la ventisca.
Del otro lado
del tiempo,
en sus bordes
marginales,
el sueño
sigue su viaje
hacia el fin.
Bocanada exiliada
de territorios
vastamente explorados.
Donde los restos
resurgen de las cenizas
para tener
nuevamente
un nombre.
Todos queremos lo mismo.
Y, sin embargo,
algo distinto
cada vez.
Todos buscamos algo
que es todo
y es nada
también.
Mientras el tiempo
nos guarece del olvido
al pie de escaleras
que suben y bajan
por rellanos crepusculares
que invitan
a descansar.
Memé
¿De qué oscuridades
saliste sumergida?
Eras la luz descarrilada,
el viento polvo de los caminos.
No te vi partir.
Solamente un día quedaste lejos,
dormida en el azul.
Y tuve que dejarte ahí.
En tu cama que volaba.
Pero ya no estabas.
Pero ya te habías ido.
Y esa tarde
sólo
hubo
silencio.
Transcurrir
La trayectoria
de una flecha en el aire.
El lapso
que dura una vida.
La historia
que habita en las casas viejas.
El silencio
de las tardes naranjas.
La aparición
de las primeras estrellas.
La sensación
de frío en la piel.
El comienzo
de la lluvia.
El aire húmedo
de la mañana.
La noche
y su oscuridad oceánica.
La prima-vera,
como primera verdad.
El eco
que habita un vacío.
El revés del tiempo
y su después.
Velo
El cielo se prepara
para amanecer.
Quiero estar despierta
para verlo.
La ruta está desierta.
Sólo casas
perdidas en la lejanía.
Todo yace abierto
en la piel que nace.
Todo al tacto es belleza
en su estado original.
La quietud
guarda en sí el movimiento.
Los colores
estallan desde adentro.
El sol traspasa
los ojos cerrados.
Todo se dejó ir,
natural como el aire.
Voy cantando
a verte nacer
juntando
los colores de la tarde.
Exteriores
Algo adentra para surgir
como el agua
en las fuentes
de las plazas sin rejas.
Algo afuera
traspasa
los muros.
Litoral
Tierra esperando
la lluvia.
Hoja quemada
por el sol.
Piedra desprendida
de alguna otra piedra mayor.
Correr del tiempo
siempre abierto.
Tarde cayendo.
Litoral.