Blanca Varela

Concierto animal

 

 

 

 

[Mi cabeza como una gran canasta]

mi cabeza como una gran canasta
lleva su pesca

deja pasar el agua mi cabeza

mi cabeza dentro de otra cabeza
y más adentro aún
la no mía cabeza

mi cabeza llena de agua
de rumores y ruinas
seca sus negras cavidades
bajo un sol semivivo

mi cabeza en el más crudo invierno
dentro de otra cabeza
retoña

 

 

 

[La muerte se escribe sola]

la muerte se escribe sola
una raya negra es una raya blanca
el sol es un agujero en el cielo
la plenitud del ojo
fatigado cabrío
aprender a ver en el doblez
entresaca espulga trilla
estrella casa alga
madre madera mar
se escriben solos
en el hollín de la almohada

trozo de pan en el zaguán
abre la puerta
baja la escalera
el corazón se deshoja
la pobre niña sigue encerrada
en la torre de granizo
el oro el violeta el azul
enrejados

no se borran
no se borran
no se borran

 

 

 

[Si me escucharas]

si me escucharas
tú muerto y yo muerta de ti
si me escucharas

hálito de la rueda
cencerro de la tempestad
burbujeo del cieno

viva insepulta de ti
con tu oído postrero
si me escucharas

 

 

 

[La pura letra del mar]

la pura letra del mar
despierta el alma
el cuerpo duerme todavía

único tono
el agua contra el agua

instrumento cortante
el viento
pulsa el instante

son uno ahora
mar y viento

no hay reposo

sólo el bélico dúo amoroso
de vida entrecortada
de párpados cerrados
y venas que se agitan
preparándose

 

 

 

[Felizmente no tengo nada en la cabeza]

felizmente no tengo nada en la cabeza
sino unas pocas ideas equivocadas por cierto
y una memoria sin tiempo ni lugar
nada para poner
nada para dejar
sino huesos cáscaras vacías
un montoncito de cenizas y
con suerte algo de polvo
innominada nada
en lo que fue mi cabeza

 

 

 

[Esta mañana soy otra]

esta mañana soy otra
toda la noche
el viento me dio alas
para caer

la sin sombra
la muerte
como una mala madre
me tocó bajo los ojos

entonces dividida
dando tumbos
de lo oscuro a lo oscuro
giré recién llegada
a la luz de esta línea

en pleno abismo
abriéndose
y cerrándose la línea

sin música
pero llamando
sin voz
pero llamando
sin palabras
llamando

 

 

 

[Morir cada día un poco más]

morir cada día un poco más
recortarse las uñas
el pelo
los deseos
aprender a pensar en lo pequeño
y en lo inmenso
en las estrellas más lejanas
e inmóviles
en el cielo
manchado como un animal que huye
en el cielo
espantado por mí

Blanca Varela (Lima, 1926-2009). Es una de las voces poéticas más destacadas de América Latina. Ha publicado Ese puerto existe (1959), Luz ... LEER MÁS DEL AUTOR