Ariel Spiegler

Domingo y otros textos

 

 

(Traducción al español de Marco Antonio Campos y Jean Portante)

 

 

 

OÍR

 

Cuando lo vago y lo indeciso

Cuando “no conozco

el nombre tuyo qué importa”,

Cuando “necesito menos de lo mínimo,

Que existamos

Y seas la cosa en la habitación

Déjame vestirte para mi única fiesta,

Y mi música regresa,

A menudo la he cantado, amante,

Con mi voz lista para recordarlo,

Te encantará, lo juro”,

Cuando “amo una sombra indecisa,

La cubro de sobrenombres raros,

Dados lanzados sobre el tapiz de los primeros días

Sospechosos de ya no estar dirigidos a nadie”

Cuando demasiada bruma

Y “estoy con mucho miedo”

Me hablan,

No tengo el derecho durante la fiesta

Donde he jugado a ser la reina

De oír las vísceras golpear mis sienes

Ni de abrir el cuarto de las muertas,

Y el mismo, aquel de las historias sin erosión

Para la estatua de los viejos jardines,

Mastica la epopeya de las mañanas demasiado lentas,

Y respira el aire libre del león,

Cuando sus palabras dulces

Salidas de su forja, su boca en redondo,

Esperan sin saber a quién,

Al azar de una noche final me hablan,

Cuando un hombre se ha puesto en la ventana,

Yo, que solamente he llevado

Un sombrero en la calle,

Por demasiadas nubes se quiere correr,

Después de todos estos domingos,

Mismos amores mellados,

Cuando “nos amábamos hasta la locura”

Cansada de los relojes inevitables,

“Hasta la locura” se abalanza sobre mí,

Me convierto en la nueva transeúnte

Con el sombrero anónimo en la calle que desciende.

 

Luego el artesano fatigado,

Pone arcilla en mi cara,

Es una máscara antigua

Y aún cálida de su teatro,

Amasada muy suavemente

 

Mi apariencia reconocida de repente lo agita,

Me agracia con su amor único,

Su amor inalterado,

Y todas las frases pronunciadas casi

En sueños deletrean su fatiga,

“Arcilla, he deseado tanto creerte”,

Toda la vida la vida en el imperfecto.

 

Mi hada cambia de forma,

Cansada de ser la llave de las viejas puertas,

Me revela los bajos de la canción a todo pulmón,

“Has huido tanto”

Y repite a mi corazón “Cree solamente

En el sol humillado.

Y su gran viaje, lejos de ti mismo”.

 

 

 

 

CUENTO

 

Nacer en el mes de noviembre

Y convertirse en león

Ser inolvidable

Borrado por algunos otros

Quedar solo, y tener a guisa de historia

Pasos dejados en el cemento

Ser un niño y transformarse en un loco

Olvidar su reflejo en el espejo

Quemar su carné de identidad

Ir rumbo a cualquier cosa

Creer que todo tenía un sentido

Jamás pensar en eso.

 

 

 

 

LOS TRECE POSTRES

 

La mesa está puesta.

El chambelán ha terminado de encender las lámparas.

Un perfume de cera revolotea bajo los candelabros.

El primogénito toca Chopin,

Su hermana sigue siendo así de pálida

Y Madame ornada de perlas se inquieta

Llevándose a lo largo de los corredores

Un rastro de polvo.

Los niños llevan zapatos de domingo,

Los primos juegan en los cuartos

Pero todos han aprendido un cántico.

La corona está trenzada desde noviembre,

Nadie quiere saber lo que ha hecho el tío Jacques

El día anterior, con su sonrisa.

Se vierte el champagne en las copas,

Abuelita no bebe,

Prefiere un coctel de menta con agua.

Monsieur en un sillón

Tantea su puro.

 

 

 

 

DOMINGO

 

Acercarse al fuego que quema

La sonrisa de Étienne en el marco

O el resplandor de un diamante en el muro

Cuando movemos la mano ante el sol.

Fuera cae la tormenta y la hiedra está mojada.

Pienso en sus pasos dejados en la nieve

Cerca de aquellos, muy finos, del canario amarillo,

Los pasos de mi amor sobre la nieve.

Ariel Spiegler Es una poeta francesa que nació en Sao Paulo, Brasil, en 1986. Estudió Filosofía en La Sorbona. Se dedicó a la enseñanza de la filosof ... LEER MÁS DEL AUTOR