Ana María Rodas

Poemas de la Izquierda Erótica

 

 

 

Poemas de la Izquierda Erótica
(Fragmentos)

 

I.

Domingo 12 de septiembre, 1937
a las dos de la mañana: nací.
De ahí mis hábitos nocturnos
y el amor a los fines de semana.
Me clasificaron: nena? rosadito.
Boté el rosa hace mucho tiempo
y escogí el color que más me gusta,
que son todos.
Me acompañan tres hijas y dos perros:
lo que me queda de dos matrimonios.
Estudié porque no había remedio
afortunadamente lo he olvidado casi todo.
Tengo hígado, estómago, dos ovarios,
una matriz, corazón y cerebro, más accesorios
Todo funciona en orden, por lo tanto,
río, grito, insulto, lloro y hago el amor.
Y después lo cuento.

 

II.

Estamos hechos de recuerdos
de un pelo rubio
de un pecho
de cuatro
cigarrillos
moribundos.
De rítmicos movimientos.
El ron se hunde, ruidoso, en la garganta
-10,000 células muertas-
y el deseo ametralla
en los dedos.

 

III.

Asumamos la actitud de vírgenes.
Así
nos quieren ellos.
Forniquemos mentalmente,
suave, muy suave,
con la piel de algún fantasma.
Sonriamos
femeninas
inocentes.
Y a la noche clavemos el puñal
y brinquemos al jardín
abandonemos
esto que apesta a muerte.

 

IV.

Lavémonos el pelo
y desnudemos el cuerpo.
Yo tengo y tú también
hermana
dos pechos
y dos piernas y una vulva.
No somos criaturas
que subsisten con suspiros.
Ya no sonriamos
ya no más falsas vírgenes
Ni mártires que esperan en la cama
el salivazo ocasional del macho.

 

V.

Como ya recorriste la vía más ancha
no tienes interés
en sus peces, ni en sus pechos.
Pegado a tu pedestal
porque tú
también
tienes uno de esos
mueve los hilos de tu trama
y te olvidas
que hasta ayer
te empujaba el sentimiento

 

VI.

Limpiaste la esperma
y te metiste a la ducha.
Diste el manotazo al testimonio
pero no al recuerdo.
Ahora
yo aquí, frustrada,
sin permiso para estarlo
debo esperar
y encender el fuego
y limpiar los muebles
y llenar de mantequilla el pan.
Tú comprarás con sucios billetes
tu capricho
pasajero
A mí me harta un poco todo esto
en que dejo de ser humana
y me transformo en trasto viejo.

 

VII.

Amante nuevo:
quiero explicarte bien que entre tus ojos
y mis ojos
sólo hay deseo.
Que tu piel blanca a veces se oscurece
porque aquél que me marcó sigue aquí dentro.
Que quisiera decir tu nombre y no puedo
porque al abrir la boca yo recuerdo
una cama distinta
otros labios bebiéndose mis pechos
Y cuando lloro
y me prendo a ti con tanta fuerza
no es de alegría, amante.
Es de recuerdo.

 

 

 

La superviviente

Me habita un cementerio
me he ido haciendo vieja
aquí
al lado de mis muertos.
no necesito amigos
me da miedo querer porque he querido a muchos
y a todos los perdí en la guerra.
Me basta con mi pena.
Ella me ayuda a vivir estos amaneceres blancos
estas noches desiertas
esta cuenta incesante de las pérdidas.

 

 

 

Poeta

El viejo rito me posee
Varias noches sin sueño
después baja el río de sangre
me ahogo en ella y renazco
nueva como moneda
redonda como un sueño
perfecta en mi dolor
recordando sólo lo suficiente del pasado
para construir la
telaraña
con la que cubro mi cama de soltera.

 

Ana María Rodas (Guatemala, 1937). Poeta, narradora  y periodista.  Figura relevante del panorama literario de Centro América. En 1973 publica su poemari ... LEER MÁS DEL AUTOR