Alfonso Cortés

(León, 9 de diciembre de 1893 – 3 de febrero de 1969). Fue un poeta, periodista, traductor y maestro nicaragüense considerado uno de los tres grandes poetas nacionales junto con Salomón de la Selva y Azarías H. Pallais, después de Rubén Darío. Pertenece al movimiento modernista hispanoamericano en Centroamérica y demuestra una gran influencia del simbolismo francés de Mallarmé.

En 1922, Francisca Sánchez del Pozo, última compañera y viuda de Rubén Darío, llegó desde España a la ciudad de León para recoger los últimos papeles y documentos legados a su hijo, Rubén Darío Sánchez, Cortés la recibió y le ayudó en ese trabajo. Agradecida ella, le hizo donación del inmueble, modestísima herencia material que le dejara “su amado Rubén”. Se trataba de aquella misma casa que para Darío niño era “temerosa por las noches” y llenaba su espíritu de terrores.

En esa misma casa, en febrero de 1927, perdió la razón para no recobrarla jamás, pero esta situación no menguó su talento literario escribiendo algunos de sus mejores poemas durante este período.

Falleció el 3 de febrero de 1969, poco después de haber recibido un homenaje por la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN). Está sepultado en la Catedral de León, en la misma donde reposan los restos de sus coterráneos Miguel Larreynaga, Rubén Darío, Salomón de la Selva y José de la Cruz Mena.