La memoria inmóvil
GESTO Y SILENCIO
¿Somos el tiempo que nos queda? Sí,
somos quizás la vida que ganamos
en desigual carrera con el tiempo;
el latido insumiso,
la mirada penetrante que indaga
tras el velo viscoso de los actos,
la uña intrépida que rasca el óxido
que cubre la palabra maltratada.
Somos el gesto y el silencio
que afianzan el aire que nos arropa,
la mano que navega en libertad
las aguas en tumulto,
la caricia sin freno
a pesar de las riendas
de lo públicamente convenido.
Somos exploradores
inaugurando un mundo propio, hecho
de retazos de un yo desheredado.
MANUAL DE SUPERVIVENCIA
Escribir la palabra como quien
alza la brújula, esgrime el puñal
o busca abrigo.
Moldear esa duda, darle forma
y cuerpo y vida.
No dejarla en suspenso
como espada de Damocles, la tibia
amenaza que enturbia la vigilia.
Jugar con ella como quien bailara
con su enemigo, sin pedir respuestas,
tan sólo un poco de indulgencia.
Escribir trazando pequeños pasos
hacia un lugar habitado por manos
afables y rostros sin velo.
Caminar sobre el agua profunda del poema,
sobrevivir incluso a la ventisca
que borra todo nombre.
Abrir los ojos entre la maleza
de unos versos y oír
tus propios pasos alejándose.
MARCAS DE AGUA
Sé que mi cuerpo luce
algunas cicatrices, pequeñas,
imperceptibles para los demás,
fruto de cortes, descuidos, caídas
en edad temprana. Algunas
son cruces en un mapa,
otras más recientes son nombres, caras
que se resisten a desaparecer del todo
y han buscado refugio
en las manos y dentro de la boca.
Son marcas de agua de un papel en blanco
que se revelan sólo a quien levanta
la hoja a contraluz
y observa con interés de entomólogo.
Ofrezco mis cicatrices a los elegidos.
Beso las heridas de quien me abre
los párpados como se abre un cofre.
No para restañarlas,
tan sólo para que mis cicatrices
no sangren como huérfanas.
De Refugio en el vuelo (Chamán Ediciones, 2019)
PELEAS
Tienes ya trece años;
una brecha en la frente,
primera sangre,
como Caín y Abel
palpas el miedo,
intuyes el poder
de una piedra desnuda.
Hay un momento,
breve y confuso,
en que crees que puedes
cambiar el mundo.
El mundo parece un ente impasible.
Sólo podemos
escupirle a la cara,
con el desprecio
de la inocencia rota.
Sólo un momento,
breve y confuso.
El mundo es un dragón que duerme
sobre un lecho de aguas inciertas.
EN LAS NUBES
Adolescente fui en días idénticos a nubes.
Luis Cernuda
Parecías flotar sobre las cosas,
ligeros los pies, el corazón roto
y recompuesto en cada estación,
a cada paso.
Transparente, el mundo
se ofrecía voraz ante tus miedos,
como primera caricia incendiaria.
Pisabas suelo y cielo
envuelto en una llama de pureza
que no se consumía.
Eran tus ojos rayos
que limaban las durezas del mundo.
Ignorabas que es siempre
más dura la caída.
LA MEMORIA INMÓVIL
En aquella película
los protagonistas languidecían
en su memoria inmóvil.
Se sentían enfermos los domingos,
las miradas perdidas
en las luces de un bosque imaginario.
Negras ausencias los acompañaban
en el tiempo como sombras errantes,
del corazón colgadas.
La memoria es todo lo que acontece
entre nuestras vísceras y la piel.
Entonces aprendí
a dejar todas las puertas abiertas
y exponer por la casa
las sábanas sudario
de los cadáveres impertinentes.
Y a encender el ventilador del pecho
para airear los recuerdos, la imagen
desenfocada de todo fracaso.
De Hilo negro (Editorial Juglar, 2022)