Mi alma dividida
(Traducción al español de Emilio Coco)
Para vivir ese juego nunca olvidado
estoy aquí, hoy, rendido a una invitación antigua
subo el cubo, chirría la polea
hay olor a musgo
abuela asomada conmigo que dice vamos, ¡está listo!
el eco el mismo, si pruebo
a batir las manos
sin embargo la casa ya no está y abuela me abraza en una foto
tiene los ojos buenos
yo, entre la sonrisa y la melancolía
en el marco barroco de la glicinia y del melocotonero
que se derriten en el rojo de la tarde.
*
Mi alma dividida
según las veces, recompuesta y perdida
eres por fin una
en esta luz adulta
¿o es ilusión
como era aquel reflejo lactescente
que se estriaba a lo largo de la pared del pozo?
Te escuchaba con una adolescente inconsciencia
era aquel que no supo nunca volverse distinto
y en el fondo del agua negra ve un rostro que espera
lo llama por nombre
y lo confía al futuro
que es este, que las campanas repicando liberan en el cielo despejado.
*
Vuelvo ante tu fuerza encendida por el mistral
aplacada por la bonanza
entre los guijarros, que un hado azul verdoso alisa,
me pongo a escogerlos, hace falta pericia
para hacerlos rebotar tienen que ser llanos
ligeros, pulidos, lo suficiente
no demasiado grandes
lanzo uno, planea muy bien
llega muy lejos, reduce la velocidad
rebota una vez más
se hunde
por último, hay muy poco que añadir
la fantasía mucha, menos que entonces
la playa está vacía alguna barca espera
la piedra es sólo una piedra
no tiene en su peso el rebote fantástico, esa ciencia pueril
queriendo que llegara adonde dormía el sol.
*
En este giro de plomo y de pluma
nadie tal vez muere de veras
atraído y rechazado
por otros tan distintos
pero idénticos en el hilo que se nos desliza de las manos quemándose
y no tiene cabos
en un donde, en una hora cualquiera
vamos, ardientes o apagados
indiferentemente
y nos lava la mente
un despertar que sabe que van juntos, al fin, estas huellas
son tan solo una, estas fechas
después de la noche, que les había dispersado.
*
Era un plátano enorme, discutieron mucho alrededor
del tronco, proceder con las excavaciones, hacer el firme,
tender cables y asfalto.
Le faltó poco para abatirlo, empezando por
las ramas grandes y yo lo miraba. Dejaron un muñón,
doloroso de savias.
En el flujo de las máquinas
hay un chorro mínimo y poderoso
que es como si pidiera ser visto
anhela una atención
capaz de desviar estas filas
de quitar peso a este peso sombrío de asfalto e indiferencia.
*
Están en la terraza
Están muy abrazados y los enmarca alguna
rosa y los convólvulos ella con el traje gris, él con el
suéter.
Dormimos bien juntos –se lo decían a todos–
luego apagamos la luz pero queda, mucha, en sueños
cuando nos preparamos para el mañana
nos acompañan los sonidos que nos gustan
incluso si hay cansancio
pero no triunfa
sabe que nos tomamos de la mano
y si caemos no lo vamos a sentir, el golpe
será por aquella caricia
que nos intercambiamos antes de dormir.