Fibonacci, los conejos y un bartender que no dijo su nombre
-Obra ganadora del Premio Nacional de Poesía Rodulfo Figueroa, México, 2021.
una mañana como cualquier otra
B despierta mientras A le roza con suavidad
no le parece extraño
lo que sí le extrañó
fue que durante el desayuno
—preparado por A—
este insistiera en el orden de importancia
de algunos aprendizajes
: cómo preparar un martini de manzana suave
la esencia del octavo jinete del apocalipsis
y entender que nada del sentido
será descrito por el lenguaje
con la precisión requerida
comenzó a sospecharlo todo
pero nada sintomático ocurrió por entonces
[sólo confirmó que no toda
ruptura encuentra su patrón de interferencia–
: y se le ocurrió que las matemáticas
pueden suturar rupturas
*
pero cuando B piensa en A no entiende
—al menos no con la precisión deseada—
a qué hora comenzó a llover sobre el hombre
aquel que vio pasar frente a la acera de su vida
bajo grandes cristales
y una finísima lluvia que habría empapado
incluso a una gallina
[sin plumas en el cuello]
que jamás recibiría algún apoyo
contra su pobreza
[ni un poco de ternura–
y culparía a la casualidad
si no entendiera tan bien
sumas
y
restas
si no entendiera que caer
es su ciencia más exacta
*
una mañana B recapacita
en la importancia del orden
que requiere una cocina
lo descubrió mientras su desesperación
buscaba una cuchara
en el estante de las servilletas
de algodón
—las cucharas solo sirven
para destrabar orzuelos
pues los orzuelos
no dejan ver al amor si este
se acerca
[por alguna razón B recordó
el trabajo que le daba
en bachillerato la clase de física
y rememora trazos
sobre papel cuadriculado
en el que había que
trazar
líneas
para encontrar coordenadas
líneas
suyas
que siempre se encontraban
pero
en la operación matemática
resultaban incorrectas]
—y entiende ahora
piensa que efectivamente no todo lo que se siente
se vincula: un árbol frutal por ejemplo:
[pensemos a capricho en una higuera]
: el árbol da a luz al fruto
pero no verá nunca la pulpa del higo —y
entiende ahora:
también sentir es una adivinanza
*
B no niega que C le regaló la idea
: la primera vez que hablaron
C le explicó —sin hablar— que tenía dos narices
B podía perfectamente entenderlo
: la cirugía
plástica no es un invento de la vanidad
sino del espacio:
donde alguna vez hubo
una nariz debe haber una nariz
pero la otra no desaparece
sigue siendo aquella
—la otra nariz—
aún si se oculta bajo la nariz visitante
o sustituta
cuando B recordó la idea
volteó hacia la pared frontal
de aquella casa vacía y pensó en todo
lo que los seres humanos
se sienten obligados a llenar
y enlistó
la alacena /
el refrigerador /
la habitación /
una cama /
un bolso /
una biografía /
una boleta de calificaciones /
una hoja de adscripción al servicio médico /
un hoja en blanco /
una resta /
cualquier hueco en el estómago /
y no
quiso seguir [pero no descartó actas
de matrimonio o papeles de divorcio–
punto
se dijo al despegar
la vista de aquellos ventanales
[la descripción no es un lugar
cualquier indicativo: es la tersura con que algo
desviste nuestro asombro–
pero pensó en A
: no en D ni en el quinto matrimonio
de la señora van de camp
*
cuando B no cumplía aún los 17
encontró un hueco luminoso en la cama
que había sido sólo suya
la noche en que su primo E
se quedó a dormir donde él
E necesitaba repasar matemáticas
—sobre las que B entonces no conocía
suficiente— pero los huecos de su primo
eran oscurísimos
: B hizo lo que pudo
por la mañana sin embargo B comenzó a descubrir
que silencioso no es un adjetivo sino un hueco
que se forma apenas arriba del ombligo
cuando su primo —a diferencia de siempre—
no quiso acompañarlo a alimentar a los conejos
durante el desayuno un hueco se sentó entre ellos
mientras la madre de B animada explicaba a E
que podía quedarse en casa cuando fuese necesario
B sintió que el mismo hueco se formaba en un territorio
del que no sabía aún el nombre:
se llama perineo
[descubrió la omnisciencia de los huecos–
E no volvió nunca a quedarse en casa de B
y B inventó un viaje a una ciudad desangelada
la noche en que su primo contrajo matrimonio
pero a partir de aquella noche B notó
que en su cabeza un hueco enorme había sido llenado
[B también pensó entonces jaime
que lo sabía todo–
*
pero los huecos van mucho más allá de personas
ombligos perineos y silencios
: incluso las cosas
son un hueco
lo que llena un espacio está destinado
a convertirse en un hueco porque
—ya sabemos— nada es para siempre
salvo los huecos
[aún cuando un hueco sea llenado
esto será siempre y absolutamente
sólo por un tiempo pues hasta en la permanencia
del relleno la memoria sabe de un hueco que
ahí estuvo–
por ejemplo
papi descubrió
que la vida de mami tenía huecos
los huecos de mami se ausentaron
cuando se supieron descubiertos
y papi buscó la forma de rellenar
aquellos huecos
: inútilmente
no supe si papi volvió a enterarse o no
pero yo me di cuenta
—para entonces ya cavaba hoyos negros
en los orificios de la madrugada—
que los huecos permanecen
y siempre buscan ser llenados de una forma u otra
aquellos huecos de mami desaparecieron
sólo cuando accedió a otro hueco mayor
yo dormí la noche entera del velorio
y cuando al final la depositamos
en el que pensé que sería su último hueco
creí también que desaparecerían las incomodidades
que ciertas historias propiciaban
pero al día siguiente
—sin razón alguna—
amanecí con un hueco
más grande
todavía