Primeras palabras de un bebé con aliento a tabaco
PRIMERAS PALABRAS DE UN BEBÉ CON ALIENTO A TABACO
Leopoldo María Panero
aún no aprende a hablar
pero está a punto de publicar su primer libro.
Cuando gatea parece un chupacabras cachorro.
Desde que saboreó la sangre no le gusta la leche materna.
Su padre lo carga con el brazo izquierdo,
con el derecho sostiene los pañales
y una minicamisa de fuerza.
Intenta presionar el botón que apaga la luz.
El feo Leopoldo pregunta:
—Papá, ¿cuando se apaga la luz
a dónde va lo claro?
Para callarlo le da su golosina favorita.
El demonio consentido del paraíso
se marcha a jugar,
fumando.
FALSA ALARMA
Alguien marcó mal un número,
el suicida —alegre— se quita la soga
y corre hacia el teléfono.
Pero la llamada no era para él.
Así de rápido viene la inspiración.
Así de rápido se pone en tu contra.
No saber qué hacer
con la inspiración
es peor que la falta de inspiración.
Esa luz al final del túnel
puede ser otro tren que viene a embestirte.
EL RESTO LO CONFESARÉ EN EL INFIERNO
Negociaré con él
como policía contra el terrorista
y sus rehenes. Estoy dispuesto a todo
menos a torturar gatos negros.
Deseando el frío abrazo
de los que no pueden ser abrazados
en la noche solo escucho ruidos
con explicación lógica. Nada del más allá
se manifiesta en mis fotografías.
¿Son los fantasmas como un arcoíris
que desaparece si lo miro de frente?
Tal parece que algunas almas en pena
solo quieren ser vistas de reojo.
No resucitaría a nadie.
A nadie puedo maldecir con la inmortalidad.
Siempre es más soportable
un corazón congelado de golpe por el miedo
que por la tristeza.
¿Dónde está el diablo cuando se necesita?
RELOJ DE ALFRED KUBIN
En las antiguas guerras, luego de la batalla
se enviaban soldados a hundir sus espadas
en cadáveres enemigos,
asegurando así que realmente eran cadáveres.
El hombre siempre ha estado en guerra
contra el olvido,
contra un mundo que no deja de girar.
El futuro siempre se está afilando
en la roca del presente:
tarde o temprano
hará
rodar
nuestra
cabeza.
Nada tiene más filo que las agujas del reloj.
El tiempo es el soldado enviado por la muerte.
JEEPERS CREEPERS
“Hope is the thing with feathers”
Emily Dickinson
Sé que es verdad,
la esperanza es eso con plumas.
Pero la vida está llena de espantapájaros.
No es fácil identificarlos.
Quizá vives con uno,
eres alumno de uno,
trabajas para uno
o te crio uno.
Su objetivo principal son los niños,
su misión:
transformar a todos en espantapájaros
sordos a la melodía que no necesita palabras.
Los adultos inventan toda clase de jaulas
y dejan morir de hambre a la esperanza.
No le cuentes a nadie la ubicación del nido.
ÚLTIMAS PALABRAS DE UN VIEJO CON DIENTES DE LECHE
Leopoldo María Panero
aún no muere
pero ya no tiene sombra.
Mientras agoniza
no puede disimular
su carcajada de hiena.
Con perfecta vocalización
Leopoldo reclama a la muerte
por apagarle el cigarrillo con su frío aliento.
El eco de su último susurro
atravesó los pasillos del manicomio
como una tormenta de nieve:
—En realidad nunca estuve loco.